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Reportaje:

Pequeñines no, gracias

Los inversores retornan a las grandes compañías y se alejan de los valores de escasa capitalización bursátil

Los fondos especializados en valores medianos y pequeños baten récords de rentabilidad. Pero no pocos gestores han comenzado a vallar la parcela, bien con mayores exigencias en las aportaciones de los inversores, bien con la traslación de carteras a otros mercados. Otros profesionales han echado la persiana, sin más, al considerar que los valores medianos y pequeños ya han subido todo lo que podían. Los grandes de la Bolsa vuelven a ser los favoritos.

Una buena parte de los gestores de cartera considera que casi todos los valores pequeños y medianos están sobrecalentados

Marzo de 2000. Estalla la burbuja de los valores tecnológicos. Años antes, Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, advirtió de la exuberancia irracional de los mercados. Mayo de 2006. Seis años después, el Ibex pierde casi un 8% desde los máximos históricos; el malogrado Nuevo Mercado (valores tecnológicos) cede un 67% mientras el principal índice que mide a los valores medianos y pequeños de la Bolsa española sube el 130%. Pero ello no significa que las cosas vayan a ser así en términos de rentabilidad, de acierto.

David contra Goliat. La historia se repite con el paso del tiempo en las Bolsas. Valores pequeños y medianos frente a los de mayor reputación. El año pasado, siete compañías ganaron más del 100%, que es el porcentaje soñado para todo bolsista. Duro Felguera (110,32%), Ercros (192,45%), Industrias Besós (110,62%), Mecalux (178%), OHL (113,97%), Sniace (389,5%), Tubos Reunidos (297,45%) y Urbas (210,53%) batieron récords. En lo que va de 2006, el panorama no es tan espectacular. Los mejor colocados son tres. Grupo Inmocaral (102%), Inypsa (104,9%) y Urbas (193,8%). En ambos casos, los valores con mejores rendimientos son de capitalización corta y mediana.

Peores expectativas

La mayor parte de los especialistas bursátiles coinciden en que el ocaso de los valores medianos en aquellos fondos que antaño mayor empeño pusieron en este tipo de compañías denota, ante todo, un empeoramiento de las expectativas tanto por la vía de las revaloraciones posibles como de los movimientos empresariales de los que se habla sin parar en los dos últimos años, pero sin que cuajen operaciones importantes. Es decir, consideran los mejores gestores que la mayor parte de los valores pequeños y medianos están sobrecalentados y que, además, no se producirán las operaciones empresariales de las que se habla en cada barra de bar, a la vuelta de la esquina.

"Los valores pequeños llamados small caps , tradicionalmente más ligados al crecimiento, lo han venido haciendo extraordinariamente bien en los últimos tiempos pero, desde nuestro punto de vista, a los precios y múltiplos actuales, se encuentran caros y sólo se justificarían algunos susceptibles de determinadas operaciones corporativas", dice Valentín Fernández, director de Estrategia y Relaciones Institucionales de Fonditel. "Los llamados large caps o valores de alta capitalización tampoco es que los veamos especialmente baratos, pero quizá a corto plazo pueden tener algo más de recorrido al tener un peso importante en los índices y mientras dure la corriente de flujos de fondos positiva a la renta variable en comparación a otras alternativas", añade Valentín Fernández.

Hay muchas gestores que se han incorporado al fenómeno empujados por la hambruna de pequeños inversores que siempre compran los fondos que más han subido en los años anteriores, es decir, cuando ya es tarde y sin tener en cuenta las advertencias de que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Es repetitiva, de este modo, la facilidad que manifiestan el pequeños inversor y los gestores de turno para entrar tarde y mal en los fondos especializados en valores medianos y pequeños. Con o sin presión mediática, lo que subyace en este fenómeno es el miedo a quedarse atrapados en una jaula o ratonera de oro.

¿Por qué los gestores más dinámicos ya no son tan favorables con este tipo de compañías? "El dinero empuja al cielo a valores pocos capitalizados, pero el papel, cuando presiona, los devuelve al infierno. No hay, por tanto, capacidad de maniobra salvo que el avisado inversor gestione sus dineros en estos valores justo en medio del desarrollo alcista. Se trata de no quedarse enjaulados por los siglos de los siglos, como ya sucediera en 1987", dice Pedro Escribano, experto bursátil, quien añade que "si al ciclo alcista actual de la Bolsa le quedan entre dos y tres años más, es lógico concluir que serán los grandes quienes despierten el interés inversor".

Diego Corral, director de Análisis y Gestión de Consulnor, apuesta más por las grandes compañías frente a las pequeñas "porque la prima de riesgo tenderá a subir en un contexto de estrechamiento del diferencial ofrecido por la renta variable sobre la renta fija y porque las pequeñas compañías cotizan con una prima de más del 10% sobre las grandes (esta cifra sube hasta el 25% en el caso del mercado español), lo que hace que los aparentemente bajos niveles de PER del mercado en general (13 Europa, 14 España) se deriven de la menor valoración de los sectores/compañías con más peso en los índices".

Consenso de mercado

Juan Luis García Alejo, director de Análisis y Gestión de Inversis Banco no es tan pesimista respecto a los valores pequeños. "El consenso de mercado otorga a las grandes compañías crecimientos entre 2005 y 2008 anuales de aproximadamente el 8%, mientras para las pequeñas del +12,5%. Esto apoya multiplicadores PER más elevados para las pequeñas (2007 estimado: 15 frente a 12,7).

Pero, ¿está justificada esta prima por los pequeños? En nuestra opinión, el mercado está entrando en un ciclo que favorece la inversión y el apalancamiento de los balances. Son las grandes compañías las que pagarán primas por hacerse con compañías pequeñas".

Sala de contratación de la Bolsa de Madrid.
Sala de contratación de la Bolsa de Madrid.ULY MARTÍN

Cazadores de gangas

Lakshmi Mittal, propietario de cerca del 88% de Mittal Steel, es el tercer hombre más rico del mundo, pero era casi un completo desconocido hace menos de cuatro. Ha creado un imperio comprando compañías con problemas financieros. Mittal nació el 15 de junio de 1950 en Sadulpur (Rajastán, India) y de niño se trasladó con su familia a Calcuta, donde el padre dirigía una acería familiar en la que se apoyó el joven Lakshmi para fundar su imperio a partir de la compra de compañías con dificultades financieras por medio mundo.

En el argot bursátil a Lakshmi Mittal se le denomina cazador de gangas. Pero eso no es fácil. Un buen cazador de gangas y de oportunidades debe dedicarse muchas horas al estudio y seguimiento de las diferentes empresas cotizadas. El análisis de comportamiento de los valores que más ha subido en la Bolsa española en los últimos cinco años está impregnado de esta esencia. Se trata, en su mayoría, de compañías que han pasado por grandes dificultades financieras y de supervivencia, pero que han logrado mantenerse a flote, con cotizaciones bajas respecto al promedio del mercado.

Famoso cazador de gangas en los mercados bursátiles de medio mundo es, también, el financiero Warren Buffet, con una fortuna personal calculada en unos 36.300 millones de euros. La gran apuesta de Buffet en estos momentos es Deutsche Telekom. Los fondos que dirige el magnate se han hecho ya con el 5% del capital de la operadora alemana.

Tanto en la Bolsa española como en el resto de los principales mercados de acciones del mundo, los tipos de interés en niveles históricos bajos han permitido el apalancamiento (endeudamiento excesivo) de los nueves reyes de la Bolsa, los fondos de capital riesgo. Éstos, a su vez, han suplido al empresario tradicional y, en el mismo acto, ha retroalimentado la fiebre por las OPA y operaciones especiales, aunque la realidad dicta luego sus reglas, de tal modo que las OPA son menos de lo que fantasía esperaba. Por eso, los gestores más fríos advierten de los excesos en los que muy bien podrían haber incurrido compañías con balances y expectativas flacas.

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