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Crónica:Baloncesto | Final a Cuatro de la Euroliga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Tau se rinde a la evidencia

El Maccabi, superior en todo, pasa a la final tras perdonar una derrota aún mayor al equipo español

Parecía una bravuconada de Phil Gershon cuando dijo que lo sabía todo del Tau, menos los porcentajes de tiro de sus jugadores. Pero debía ser verdad, a juzgar por lo poco que hizo el Tau y lo mucho que jugó el Maccabi en una semifinal qe permitió adivinar el vencedor prácticamente en el primer cuarto. Más cierta que la frase del técnico israelí aparecía la cruda realidad: que el Maccabi, hoy por hoy, es un equipo superior al Tau en todos los aspectos, y con un plantel mejor y más amplio. Lo único que pareció excesivo fue el castigo. Entre ambos equipos no hay una diferencia de tantos puntos, sólo reducidos al final a 15 por la conmiseración del conjunto israelí, que bajó el pistón, dejó de presionar, y rotó todo su banquillo, permitiendo que el Tau recuperase tímidamente su imagen en el marcador.

MACCABI 85 - TAU 70

Maccabi Tel Aviv: Solomon (9), Baston (20), Parker (19), Burstein (12), Vujcic (16) -cinco inicial-; Sharp (0), Arnold (9), Shason (0), Penney (0) y Green (0).

Tau Vitoria: Prigioni (0), Hansen (15), Jacobsen (0), Scola (17), Splitter (2) -cinco inicial-; Erdogan (12), Ukic (8), David (12), Vidal (2), Drobnjak (2).

Árbitros: Brazauskas (Lituania), Koukoulekidis (Grecia) y Belosevic (Serbia). Sin eliminados.

Unos 16.800 espectadores en el Saska Arena, con abrumadora mayoría de seguidores del Maccabi y unos 1.500 del equipo español. Splitter tuvo que retirarse en el segundo cuarto por lesión y hoy será sometido a unas pruebas.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

24-17

27-15

22-16

12-22

Prigioni se apagó desde el inicio. Si hace un año sufrió a Jasikevicius, ayer le fue peor con Solomon
El israelí es hoy por hoy un equipo superior al vitoriano en todos los aspectos, pero no tanto

Porque el partido se dirigía a una victoria atronadora del Maccabi, es decir a una derrota humillante del Tau. Aquello, desde el descanso, tenía pinta de sobrepasar la centena en el marcador amarillo y apenas las seis decenas en el azulgrana. Cuando el Maccabi alcanzó los 30 puntos de ventaja en el tercer cuarto podía pasar de todo: que el Maccabi se cebase, que el Tau se hundiera (cosa poco probable conocido su carácter colectivo), que los 9.000 aficionados amarillos presrentes en la grada le pidiesen más a su equipo, ávidos de fiesta como estaban. Alguien, o quizás el inconsciente colectivo, mandó parar, disfrutar un rato y dejar muchas fuerzas intactas para la final del domingo

Porque el partido se decantó desde el primer cuarto. Ahí la diferencia del Tau (siete puntos abajo) era asumible. Otros asuntos no. Por ejemplo, Prigioni, la luz del equipo vitoriano, se apagó desde el principio. El año pasado, en la final de Moscú, sufrió el coraje anotador de Jasikevicius (entonces base del Maccabi); ayer le pasó algo peor. Solomon es un base que ha hecho de la defensa su virtud especial -no la única-, algo que combina con velocidad y agilidad. Prigioni supo que iba a sufrir y empezó a fallar. Su lentitud en el pase permitió muchos dos contra uno y el equipo se atascó. Más que un demerito de Prigioni fue una virtud -una más- de la defensa del Maccabi, tremenda, física y pegajosa, a la que ni Prigioni ni nadie del Tau supo poner remedio. A cambio, en la bombilla del equipo español todo parecían facilidades: en un par de movimientos o de idas y vueltas, algún jugador del Maccabi encontraba siempre el lugar oportuno. Y ese jugador empezó a ser con demasiada asiduidad Anthony Parker, que iba para máximo anotador del partido si Gershon no le hubiera dado descanso en el último cuarto. Así que tal honor le correspondió a Maceo Baston (20 puntos) otro alero que se las trae y al que algunos vaticinan como hombre clave de la final four. Parker dio un recital, anotando de todas las posturas y estilos. No en vano 21 de sus 24 partidos en Euroliga han acabado con dobles figuras del alero estadounidense.

Nadie supo parar el ciclón del Maccabi, que no sólo se adelantó en el marcador sino que venció en la lucha psicológica, uno de los puntos fuertes del Tau. Tan cómodo se vio que aflojó la muñeca y todo lo que no entraba en el Tau, lo hacía en el Maccabi. Es la ventaja de jugar con ventaja. Perasovic lo intentó todo: prescindió de Prigioni y le dio la dirección del equipo a Ukic o a Erdogan, o a los dos al mismo tiempo. El primero daba velocidad, el segundo ese carácter guerrero que ayer le caracterizó. Pero era poco para el aluvión israelí.

Intentó Perasovic en algunos momentos jugar en zona y le procuró dos robos de balón en el segundo cuarto (algo que no había hecho hasta entonces). Probó a todos sus pívots y sólo Scola y David, pero cuando el Maccabi bajó la guardia, funcionaron. Para colmo, el joven Tiago Splitterse se lesionó en el último cuarto y fue trasladado a un hospital por una fuerte contusión en el hombro. Una clara imagen del dolor de una derrota ya anunciada por el capitán del Maccabi, Derrick Sharp, cuando afirmó: "Somos un equipo muy fuerte y no debemos preocuparnos del Tau". Ayer ocurrió tal como profetizó, pero despreocuparse del equipo de Vitoria no suele ser un buen consejo. Aunque ayer sirviera.

Scola intenta penetrar ante Solomon.
Scola intenta penetrar ante Solomon.REUTERS

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