_
_
_
_
Reportaje:

Dos jóvenes sueños truncados en el aire

El instructor muerto en el accidente de aviación de El Álamo fue 'número uno' de su promoción, mientras que su alumna, también fallecida, acababa de empezar las prácticas de vuelo

Carlos González Blázquez habría cumplido 21 años el próximo septiembre. "Era un crack, el número 1", le definen los responsables de la escuela de pilotos American Flyers España. Carlos era instructor de vuelo en esta "academia de comandantes de línea aérea"-como la definen- y allí también cumplió su sueño de conseguir el titulo de piloto comercial.

Carlos González Blázquez habría cumplido 21 años el próximo septiembre. "Era un crack, el número 1", le definen los responsables de la escuela de pilotos American Flyers España. Carlos era instructor de vuelo en esta "academia de comandantes de línea aérea"-como la definen- y allí también cumplió su sueño de conseguir el titulo de piloto comercial. Su carrera se truncó el martes pasado, cuando la avioneta que pilotaba chocó en el aire con otra en el municipio de El Álamo.

Carlos González murió en el acto, al igual que Ana Rué Tanco, de 20 años, su alumna y ocupante también de la aeronave. Los ocupantes de la otra avioneta resultaron ilesos: Tomás Guerrero Arjonilla, de 30 años, jefe de pilotos de American Flyers España, y Guillermo Anguita Morales, de 23 años y aspirante a instructor. "Están en estado de shock", explican sus compañeros. Las dos víctimas del tremendo accidente fueron incineradas ayer. Carlos González en el cementerio de Tres Cantos y Ana Rué en La Almudena. "¡Mi niño, que ya desde pequeño soñaba con volar...!", sollozaba una de las tías del fallecido.

Además de en las ganas, Carlos González demostró en las notas su pasión por pilotar. "Fue el mejor de su promoción y sacó la calificación más alta en los 14 exámenes que hay que hacer en Aviación Civil para ser piloto", señalaron en American Flyers España. Luego, hizo el curso de instructor y se quedó trabajando en la academia, enseñando a futuros aspirantes. Carlos vivía con sus padres y su hermana en Coslada. Tenía novia, Elena.

Ana Rué estudiaba tercer curso del título propio de Gestión Aeronáutica en la Facultad de Universidad Autónoma de Madrid, según confirmaron ayer fuentes del centro universitario. Estaba inmersa en la realización del programa de prácticas de vuelo que tenía que cumplir para ser piloto.

Responsable, buena estudiante, alegre, excelente persona, con una sonrisa para todo el mundo... Los amigos de Ana Rué no escatimaron elogios durante la íntima ceremonia de cremación. "Sentía admiración por ella", aseguró una chica, del grupo de sus cinco amigas más íntimas: "Éramos las seis fantásticas". Ana había terminado los 10 años de estudios de piano y, cuando tuvo que elegir carrera, se decidió por la aviación.

"Estaba en su mejor momento; llevaba muy pocas horas de vuelo y se la veía contentísima", contó uno de sus amigos de Lanzarote, donde Ana veraneaba. Él había empezado un año antes Gestión Aeronáutica. "Creo que influí en ella para que se hiciera piloto", confiesa. Su amigo recuerda perfectamente los veranos que pasaban juntos y cómo Ana tocaba el piano en el vestíbulo del hotel en el que ambos se alojaban. El grupo de amigas se emocionó al rememorar la imagen de Ana en su "grillo", el Cinquecento rojo que conducía. Le pusieron ese nombre porque estaba hecho un desastre y "hacía ruidos por todas partes, como un grillo". Todas coincidieron en señalar lo "disciplinada" que era Ana. Intentaba pagarse la carrera con sus ahorros y ahora estaba luchando por que se reconocieran sus estudios de Gestión Aeronáutica como una titulación universitaria. "No hace ni 10 días que se encerró en el rectorado como protesta", relató una de las chicas.

Hincha del Barça, seguidora de la cantante Rosana y enamorada de su perro salchicha Gos, el jueves pasado llegó a casa de una amiga vestida por primera vez con el uniforme de piloto. "Estaba contentísima y guapísima", recuerda esta compañera. Hoy se esparcirán sus cenizas en el aeródromo de Cuatro Vientos. Le llorará su hermano pequeño, Eduardo, de 16 años, y toda su familia.

Los dos fallecidos estaban apenas entrando en la veintena. Algo "usual" entre los aspirantes a piloto, explican desde American Flyers España, ya que la preparación no suele superar los dos años y se puede comenzar con 18. Los pilotos que estudian en American Flyers España son muy jóvenes. Y eso se notó ayer en las instalaciones que la escuela tiene en el aeródromo de Cuatro Vientos. Hasta allí se acercaron muchos veinteañeros, algunos vestidos con el uniforme de piloto, aún sin serlo, y con grandes gafas de sol. Jóvenes y con dinero. El curso de piloto en American Flyers España cuesta 65.000 euros. "Con 18 años, ese dinero lo pagan las familias", reconocen desde la escuela.

En American Flyers España cada año hay unos 70 alumnos, y el 20% son mujeres. Una vez que han terminado la formación, los alumnos están, en teoría, capacitados para obtener la licencia de piloto. Ésta se consigue después de pasar 14 exámenes en Aviación Civil. Luego, el paso a la vida laboral no es fácil. "Las compañías aéreas exigen 1.500 horas de vuelo para poder entrar a trabajar. En la escuela hacemos unas 170; para llegar al resto trabajamos pilotando avionetas de fumigación, de publicidad...", explicaron ayer dos estudiantes, que defendieron que American Flyers es "la academia más segura, la que tiene más prestigio". Muchos de los alumnos se van también a hacer las horas de vuelo a Estados Unidos.

Las dos avionetas que chocaron salieron de su base en el aeródromo de Cuatro Vientos en dirección al aeródromo privado de Casarrubios del Monte (Toledo). Este aeródromo no tiene torre de control, y los pilotos contactan con el aeródromo visualmente. Es decir, sólo tienen una manera de detectar si hay otras avionetas a su alrededor: con la vista. Además, los pilotos se comunican a través de la emisora de radio con los otros aparatos que están volando en su mismo espacio.

"Tienen que identificarse, decir la matrícula de su avioneta", contaron en American Flyers. En la escuela aseguran que no eligen Casarrubios para abaratar costes. "Nos tenemos que ir allí porque Cuatro Vientos, en Madrid, está saturado y porque no hay más opciones. Todas las escuelas de vuelo madrileñas tenemos que hacer las prácticas fuera", señalaron. Sus responsables no quisieron valorar las causas del accidente. La investigación está en manos de la Guardia Civil y Aviación Civil.

American Flyers presume de ser una de las mejores empresas del sector; de tener un departamento de seguridad, aunque no lo exige la normativa, y de hacer "cursos de refresco cada año para los pilotos". El accidente, que calificaron de "fortuito", es el primero que sufre la escuela. "Nuestros programas de vuelo superan en un 30% las horas de vuelo exigidas por la normativa vigente", concluyeron desde la academia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_