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Conte asume todos los poderes en Iberia tras la dimisión de Mullor

El consejero delegado deja la aerolínea por razones personales tras 10 años

El consejero delegado de Iberia, Ángel Mullor, comunicó ayer su dimisión, que se hará efectiva en la junta de accionistas del 30 de mayo. El presidente ejecutivo de la compañía, Fernando Conte, tiene previsto amortizar el puesto de Mullor y asumir el grueso de las funciones que éste desempeñaba, según fuentes de la compañía. Mullor, de 58 años, deja Iberia tras 10 años (primero como director general) durante los que ha participado en la privatización de la compañía y su salida a Bolsa en 2001.

El consejo de administración de Iberia conocerá formalmente el lunes próximo la dimisión de Mullor, y Conte planteará asumir la mayoría de sus funciones. El consejero delegado de Iberia ya había anunciado su intención de dejar la compañía cuando Conte sustituyó a Xavier de Irala (ahora presidente de BBK y con quien Mullor formaba un tándem de difícil reedición por su magnífica sintonía) en 2003. Entonces planteó a Conte que estaría con él unos meses para realizar la transición.

Tanto CC OO como UGT consideran que la dimisión de Mullor estaba hecha una vez que en agosto pasado vendió sus acciones de Iberia. Ayer los títulos de la compañía se cotizaron un 0,9% por debajo del precio del día anterior.

Mullor deja la aerolínea cuando ha conseguido el mayor beneficio de su historia, 395,8 millones de euros en 2005, gracias a las plusvalías por la venta de Amadeus, pero con un beneficio de explotación un 35,7% inferior al de 2004. "Ha hecho una política de controlar los costes muy bien pero no generadora de ingresos", critica Alberto Garrido, responsable del sector aéreo de UGT.

Mullor quiere disponer de tiempo, según ha comentado en su círculo más cercano, al que también ha trasladado un cierto sabor agridulce al abandonar la empresa.

Hace ya tiempo que se le veía aburrido. Tenía ante sí un nuevo plan director que era más de lo mismo: recorte de costes y negociación del convenio colectivo de los pilotos con el mismo jefe del SEPLA-Iberia, Bernardo Obrador, con el que ya había negociado años atrás, y todo eso le producía una sensación de volver sobre terreno ya recorrido.

"Mullor ha tenido un enfrentamiento con los pilotos como no lo ha tenido nadie", afirma Garrido. El sindicato de pilotos SEPLA guardó ayer un elocuente silencio sobre la dimisión del consejero delegado. CC OO, por su parte, expresó su deseo de que con la salida de Mullor se potencien los negocios de mantenimiento y handling, que a su juicio el hasta ahora consejero delegado había relegado para centrarse en la línea aérea.

Otra de las tareas pendientes en Iberia es la participación financiera en una compañía de bajo coste, que Mullor considera que será minoritaria y se aprobará con el acuerdo de British Airways, principal accionista de Iberia. El ministro de Industria, José Montilla, dijo ayer que espera que ese proyecto "no se vea afectado" por la salida de Mullor, informa Efe.

Mullor no podrá trabajar en otra empresa del sector durante dos años. En septiembre se planteará su futuro profesional, y hasta entonces seguro que pasa largas temporadas en su casa de Almería, El Plomo, dedicado a una de sus aficiones: plantar palmeras.

Ángel Mullor.
Ángel Mullor.

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