60.000 iraquíes han abandonado sus casas para huir de la violencia
Al menos 60.000 iraquíes han abandonado sus hogares en menos de un mes como consecuencia de la violencia sectaria y los actos de intimidación entre las dos comunidades religiosas del país, según datos ofrecidos el jueves por el Gobierno de Bagdad.
"El terrorismo amenaza a los iraquíes en todo el país y es la causa principal de que se haya duplicado el número de familias desplazadas", dijo Sattarb Nawrouz, portavoz del Ministerio de Desplazados y Migración.
Alrededor de 3.600 familias se han refugiado en Bagdad -curiosamente, la provincia más peligrosa y violenta de Irak- en casas de familiares y amigos o se han instalado en edificios vacíos. Otras 5.000 familias han huido hacia las provincias del sur y unas 2.500 lo han hecho a poblaciones del norte y el oeste del país.
La bomba que destrozó el 22 de febrero la mezquita dorada chií de Samarra fue un paso más que colocó a Irak al borde la guerra civil entre las dos grandes comunidades religiosas. Desde entonces, los baños de sangre por atentados sectarios entre suníes y chiíes se han generalizado en los barrios de la capital, donde las minorías religiosas se cambian de domicilio huyendo de los atentados.
13 muertos por una bomba
En este ambiente de violencia sectaria, al menos 13 personas murieron el jueves por la explosión de un coche bomba en el mercado de un barrio chií de Sabea al Borg, en la periferia de Bagdad. La explosión tuvo lugar a las siete y media de la tarde, hora local. Según fuentes de la policía, el vehículo, que estaba estacionado en la calle, explotó en un momento en el que el mercado estaba lleno de gente que hacía sus compras. La zona quedó cercada en medio del caos, mientras numerosas ambulancias acudían al lugar para trasladar a decenas de heridos a varios hospitales de la capital.
El atentado, en un barrio de mayoría chií, se produjo un día después de que otro coche bomba, cerca de una mezquita de Howaider, una población cercana a Bagdad, causara la muerte de 25 personas.
La mayoría chií de Irak está sufriendo una serie de ataques en su comunidad en las últimas semanas en lo que fuentes norteamericanas creen que es una campaña del líder de Al Queda en Irak para llevar al país a una guerra civil abierta.
La pasada semana un triple atentado suicida con bombas en una mezquita chií de Bagdad causó la muerte de 90 personas.
Por otro lado, un soldado estadounidense murió también el jueves en un ataque con bomba contra su patrulla en el suroeste de Bagdad, según anunció el Ejército norteamericano.
Un total de 10 militares estadounidenses han sido asesinados en Irak desde el pasado domingo, lo que eleva a 2.365 el número de soldados de esta nacionalidad fallecidos en Irak desde la invasión en marzo de 2003, según las cifras del Pentágono.
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