Bajo la luna a 300 por hora

La temperatura media anual supera los 30º en Qatar y, en verano, el termómetro se enfila hasta los cincuenta grados. Una pesadilla para los pilotos del Campeonato del Mundo de Motociclismo que, en el interior de sus monos de cuero, pueden llegar a perder entre cuatro y cinco kilos de peso debido a la desmesurada sudoración a la que se ven sometidos cuando salen al asfalto con sus motos. No era extraño hace unos años que, en trazados con una temperatura similar a la de Qatar, acudieran a la clínica del circuito al descender de sus motos, en busca de los electrolitos perdidos durante el ejercicio y que recuperaban a costa de un pinchazo en el trasero. La experiencia de las dos primeras ediciones, con pilotos y voluntarios afectados de mareos y deshidratación a causa de lo extremo de la climatología local, llevó a la organización a replantearse las fechas de celebración de la carrera [en octubre en 2004 y 2005], hasta fijarla para este próximo fin de semana el presente curso. Será como siempre en sábado, por motivos de las costumbres árabes, cuando se volverán a ver las caras Dani Pedrosa y Valentino Rossi.

Obcecados en albergar una carrera del Mundial de MotoGP, las autoridades qataríes no descansaron hasta disponer del circuito de Losail, inaugurado en 2004. En menos de un año se completó una obra que supuso un desembolso de 52 millones de dólares y precisó de casi mil trabajadores, alternándose éstos en turnos de día y de noche. Ahora, a las puertas de que el circuito árabe acoja el Continental Circus por tercera vez en su corta historia, el reto al que pretenden hacer frente las autoridades y los dirigentes del circuito es aún mayor. "Queremos que se dispute una carrera por la noche", se aventuró hace unos meses Bartolomé Alfonso, director de la instalación. "Las autoridades qataríes tienen claro que lo quieren hacer y, de hecho, hemos pedido ya presupuestos", explicaba Alfonso.

2.000 lux

Para dar luz a la totalidad del trazado de Losail, se precisa de una intensidad luminosa de unos 2.000 lux, lo que supone una intensidad cinco veces superior a la necesaria para iluminar un estadio de fútbol. En caso de aprobarse el proyecto, sería el mismo circuito el que debería proveerse de generadores que le suministraran la energía suficiente. Cualquier otra opción dejaría la ciudad de Doha a oscuras.

Antes de comenzar a tirar los ingentes metros de cable necesarios, Valentino Rossi, Loris Capirossi y Kenny Roberts rodarán allí hoy. Ellos tres tienen la última palabra, como pilotos de la comisión de seguridad, de si el proyecto es o no viable.

"Hemos realizado las pruebas de iluminación en tres curvas", dice Estanis Soler, director de carrera del circuito árabe, "para que los pilotos evalúen las posibilidades reales de que la carrera se pueda disputar por la noche".Y matiza: "El proyecto no es una utopía, porque, de noche y con la iluminación encendida, en la pista casi no hay diferencia entre la luz que ofrece el sol y la artificial".

A pesar de todas las voluntades y esfuerzos, la actitud de los pilotos y en especial de Valentino Rossi no son muy halagüeñas. "Quieren que sea como un estadio de fútbol", asegura el siete veces campeón del mundo. "Lo que ocurre es que en el fútbol, los jugadores se mueven a 16 km/h, pero nosotros vamos encima de la moto a más de 300 km/h. Para mí no es muy buena idea, pero en Qatar quieren probarlo, así que lo probaremos".