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Mas y Duran dan por "cerrada y archivada" la polémica entre Unió y Convergència

"Cerrada y archivada". La última polémica entre los dos partidos que integran la federación de Convergència i Unió (CiU) se cerró ayer con una simple llamada entre sus dos máximos dirigentes: el democristiano Josep Antoni Duran Lleida y el convergente Artur Mas.

La llamada funcionó porque Mas, en una rueda de prensa en la mañana de ayer, rechazó referirse a este incidente, después de que Duran acusara a Convergència de airear los supuestos casos de financiación ilegal para apearle de la sucesión de Pujol al frente de CiU. El presidente de CiU, Artur Mas, no quiso entrar en contrarréplicas y aseguró haber hablado con Duran y dado por "archivada" la polémica de "mutuo acuerdo".

Después de dos días de puyas, Mas dio el tema por zanjado y apuntó que hay que dejar de hablar de polémica y "ocuparnos de las cosas que son realmente importantes". La paz llegó con la llamada que el líder de Unió hizo a Mas para informarle de su entrevista con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para tratar el alto el fuego de ETA. Fue entonces cuando los dos políticos aprovecharon para acercar posiciones y acordaron no volver a hablar del tema.

El desencadenante del conflicto había sido la acusación de Duran a Convergència sobre la sucesión de Pujol, aunque también contribuyeron unas declaraciones que el líder democratacristiano hizo el lunes por la noche en las que apostaba por gobernar en Madrid en coalición con el PSOE al considerar "agotada" la fórmula de los apoyos parlamentarios.

La réplica no se hizo esperar y el portavoz de CiU en el Parlament, Felip Puig, desmintió las palabras de Duran y mostró su disgusto con el líder de Unió. Con una pizca de ironía, Puig, atribuyó las inculpaciones de Duran a "una nueva sensibilidad que le ha aflorado con la primavera".

El ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, terció en el debate. Fue en la presentación de su último libro, una selección de sus artículos publicados en la prensa. Pujol apuntó que CiU nunca se ha opuesto a gobernar en Madrid y que la federación nacionalista estará "un día u otro" dentro de un Ejecutivo central. Aunque Pujol admitió que las relaciones entre CiU y el Gobierno central pasan por un "momento dulce", no escatimó críticas y advirtió de que CiU "siempre ha pagado cara" su colaboración para garantizar la gobernabilidad.

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Pujol añadió que la apuesta de entrar en el Ejecutivo estatal "no es nueva" para él, y que si CiU tomara esta decisión "no escandalizaría a nadie" dentro de la federación nacionalista.

El presidente fundador de CiU aseguró que no conoce "ningún pacto" entre Artur Mas y José Luís Rodríguez Zapatero para entrar en el Gobierno y recordó que en este momento hay sobre la mesa varias leyes en las que pueden chocar nacionalistas y el PSOE, como la ley de dependencia, la del suelo o la de comercio.

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