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Reportaje:

Se busca vecino de Lola Flores

Medio millar de personas acuden en Jerez a un 'casting' de la película sobre la mítica artista

"¡Fuera perillas, tintes, mechas y piercings!", vociferaba ayer Jordi Calatayud, el ayudante de dirección del casting de figurantes que tiene lugar en Jerez para la película sobre Lola Flores.

Había pocos requisitos y la ciudad natal de La Faraona respondió en masa. Medio millar de personas acudió ayer a la selección de extras del largometraje que se rueda estos días en Madrid y que tendrá la ciudad de Jerez como escenario en las dos últimas semanas de grabación.

El perfil buscado es más que amplio. La cinta recrea los barrios castizos jerezanos en las décadas de los treinta y los cuarenta, coincidiendo con la infancia y la juventud de Lola Flores. Presos, legionarios, falangistas, transeúntes y gente de la calle de todas las edades, desde bebés hasta ancianos, son los personajes requeridos y casi cualquiera sirve para participar en la cinta.

"Mis rasgos son de aquí, y a ver si por lo menos puedo hacer bulto", comentaba Lourdes, una joven poco experta en estos trances y que no tenía demasiadas esperanzas de ser una de las elegidas. Sin embargo, también los había habituales de procesos de selección. "Yo soy como un camaleón del barrio de San Miguel", aseguraba en la fila Manolo, de unos 35 años. "Mi perfil neutro puede ayudarme a meterme en la piel de un jerezano de la época".

Dejando aparte la indudable capacidad interpretativa de la que algunos hacían gala, otros forzaban su físico en busca del ansiado hueco en la película: "Me he teñido el pelo de negro para que me cojan", confesaba José poco antes de lucir sobre el pecho un cuaderno, con el número 142, para que le hicieran la foto de rigor.

La jornada de ayer no aburrió a nadie. Entre el constante murmullo de los aspirantes a vecinos de la joven Lola, incluso se levantaron algunos cantes al más puro estilo de esta tierra. Rosario, a sus 70 años, además de lucir una garganta de lo más flamenca, no cesaba de repetir: "De cuarto apellido me llamo Flores. ¿Eso servirá al menos para algo, no?".

La tropa que más abundaba en la selección era la de parados, con la esperanza de sacarse un pequeño sueldo, y la de estudiantes, en busca de un dinerillo extra. Aun así, los emolumentos no son nada del otro mundo. Los productores pagan entre 30 y 60 euros diarios por jornada de rodaje. "Por ese dinero no sé si merece la pena quitarme la perilla", se lamentaba uno de los jóvenes asistentes.

Ya sólo queda anunciar a los seleccionados. El equipo de producción de la película, que dirige Miguel Hermoso, se desplazará hasta Jerez a partir del 18 de abril y hasta el 28 del mismo mes para realizar las últimas tomas del largometraje en la ciudad que vio nacer a su protagonista, interpretada en la cinta por Gala Évora.

Se rodará de manera íntegra en exteriores. El casco histórico de la ciudad y barrios tan emblemáticos como San Mateo o San Miguel han sido los lugares escogidos. En apenas unos días, Lola Flores regresará a su tierra.

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