La cuenta europea de Clemente
El Athletic estaría a cuatro puntos de la Copa de la UEFA si valieran sólo los partidos con el ex seleccionador
"Los resultados dicen que Clemente debería continuar la próxima temporada en el Athletic". Andoni Iraola, lateral rojiblanco, intermediaba así en un debate recientemente abierto en Bilbao sobre la continuidad del técnico de Barakaldo al frente del equipo. Al margen de otras consideraciones, la mano de Javier Clemente se ha dejado notar. El ex seleccionador español lo cogió en la undécima jornada de la Liga, cuando llevaba el farolillo rojo de la tabla clasificatoria con seis puntos, sustituyendo a José Luis Mendilibar, destituido el 30 de octubre de 2005. Actualmente, el Athletic es el duodécimo, con 33 puntos, cinco por encima de los del descenso.
La progresión ha sido evidente. La hoja de servicios de Clemente muestra algunos datos estadísticos curiosos. En su Liga particular, es decir desde que debutó, en noviembre, contra el Espanyol y en Montjuïc, el Athletic ha obtenido 27 puntos, lo que le colocaría en el undécimo lugar -uno por encima del suyo real-, pero estaría a tan sólo cuatro puntos de la Copa de la UEFA, que compartirían el Zaragoza y el Celta, con 31. Además, el Athletic, desde esa posición, estaría prácticamente salvado del descenso, del que le separarían 13 puntos (27 por los 14 que ha logrado el Cádiz, que, junto a la Real Sociedad y el Málaga, con 12, sería uno de los peores equipos del torneo).
En 20 encuentros ha sumado 27 puntos, lo que le colocaría el undécimo de la Liga
Clemente ha modelado el Athletic a su manera y de la forma más previsible: más que enfrentar el poder de su delantera a los fallos defensivos, ha preferido ajustar su defensa en busca de la estabilidad en la clasificación. En los 20 partidos que lo ha dirigido, el equipo sólo ha marcado más de un gol en tres, lo que apunta claramente a una obsesión defensiva sobre la que construir el nuevo Athletic "para la Champions" que dice buscar el técnico rojiblanco en años venideros. Hasta once jugadores han desfilado por los puestos de la defensa y se ha producido el cambio en la portería. Toda una revolución que incluso ha acabado con la salida del equipo de tres futbolistas (Javi González, a Jerusalén; Tarantino, al Numancia, y Karanka, al Colorado Rapids, de Estados Unidos) y la llegada de dos novatos: Ustaritz y Amorebieta.
La apuesta de Clemente, sin embargo, no ha ha estado exenta de polémica dentro y fuera del vestuario. Su inclinación hacia los cinco defensas y el fútbol frontal y directo recibió la reprimenda de Yeste antes del encuentro contra Osasuna. El líder futbolístico del equipo reclamó, los días previos al partido, jugar "con más paciencia y menos balonazos". De esa manera, ante el cuadro navarro, el Athletic hizo el mejor partido de los últimos meses y, además, ganó (1-0). Otro futbolista, Murillo, señalaba después que el futbol rojiblanco había sido lo más parecido "a lo del curso pasado [con Ernesto Valverde]", lo que no ocultaba un tono de nostalgia.
Clemente salió indemne del caso reconociendo que se había cambiado "el concepto", como suele definir el técnico a su ideario futbolístico. Algo parecido había ocurrido con Mendilibar cuando también Yeste reclamó otra forma de jugar al fútbol y el técnico respondió que "Yeste, que es muy inteligente, estaba de acuerdo con él".
Tras los habituales rifirrafes del técnico con algunos medios de comunicación por las críticas que en ocasiones han acompañado al fútbol rojiblanco, las aguas bajan tranquilas. Los números de Clemente han aparcado cualquier debate. El Athletic ve más cerca la salvación, que consideraría obtenida se hoy venciese al Alavés en Mendizorroza y el domingo al Mallorca en San Mamés.
Con diez puntos en los últimos cuatro partidos, la alegría rojiblanca aplaza cualquier debate de futuro. Clemente, ya más tranquilo, sigue batiendo récords. Si gana en Vitoria será su victoria número 100 en la Liga con el Athletic en 204 partidos. Le siguen Juanito Urquizu, Jupp Henynckes y Luis Fernández. "Eso son cosas de los periodistas", dice restando importancia al dato.
