El Alavés acentúa la impotencia del Espanyol

El Alavés y el Espanyol impartieron un curso acelerado de fútbol estéril en Montjuïc. La carencia de pegada, de recursos ofensivos y de juego de entrelíneas derivó en una hora y media de sosa batalla. De la Peña se multiplicó en los lanzamientos de saques de esquina y faltas desde la zona de medios, muy solo, como si de un quijote se tratara frente al pelotón de esforzados jugadores del Alavés que rechazaban todos y cada uno de sus lanzamientos. Lotina le da vueltas y más vueltas a sus alineaciones pero no encuentra la combinación que le permita traducir en el campo ni la pretendida ascendencia sobre el juego del Espanyol frente a rivales teóricamente inferiores ni los goles que la traduzcan en el marcador. Animado por la dinámica de juego que desplegó en San Mamés con un juego abierto por las bandas, con Juanfran y Coro, repitió el esquema. Dio entrada a De la Peña en el doble pivote y a Luis García en la media punta y mantuvo a Pandiani como ariete en detrimento de Tamudo. Pero el Alavés desactivó el entramado simplemente con una defensa muy ordenada y bien abrochada por los pivotes, Astudillo y Juanito.

La rapidez de Bodipo y Nené espantó al Espanyol, que pasó más problemas que el Alavés en la primera media hora. Nada del otro mundo, dos o tres oportunidades, un intento de vaselina de Nené tras un primoroso toque de primeras de Bodipo y un tiro lejano de De Lucas. Poquita cosa. Pero el Espanyol no hizo mucho más: un intento de Coro muy forzado que se fue al lateral de la red y un cabezazo de Pandiani en la única ocasión en que recibió un centro de los que teóricamente debía ser abastecido. Pero ni Coro ni Juanfran pudieron trabajar la bandas a fondo porque el Espanyol se olvidó de las triangulaciones, de las paredes y de las diagonales.

Lotina tocó a rebato. Echó mano de Tamudo y de Fredson, adelantó a De la Peña. El Espanyol achuchó durante unos minutos al Alavés con un remate de Coro de nuevo al lateral de la red, un buen disparo lejano de Tamudo y otro de Costa a la salida de una jugada ensayada de córner. Pero siguió adoleciendo de recursos ofensivos y continuidad frente a un rival mudo en la segunda parte.

El equipo de Vitoria ha mantenido a cero su puerta en los últimos tres partidos y ha sumado 16 puntos en los 11 partidos de la segunda vuelta. Le vale para distanciarse de los puestos de descenso a los que se acerca el Espanyol, con un juego poco convincente y halagüeño de cara a la final de Copa.