El Tour se prepara entre la niebla
Alexander Vinokurov, uno de los favoritos de la carrera francesa, se exhibe en Navacerrada bajo unas condiciones meteorológicas terribles
El invierno acabó oficialmente el lunes pasado, pero a sólo 60 kilómetros de Madrid, en el Puerto de Navacerrada (altitud: 1.800 metros), la noticia aún no se había recibido.
Estos jueves de ventisca, lluvia que azota la cara con la fuerza del granizo, niebla, dos grados de temperatura, al Puerto de Navacerrada, taludes cubiertos de nieve sólida aún en la primera semana de la primavera, a Navacerrada, si no es por obligación, se sube como mucho para calentar el cuerpo con unas judías en el Pasadoiro y expandir el alma perdiéndose entre las nubes que nunca despegan de la montaña. Pero ayer, unas presencias fantasmagóricas, figuras retorcidas sobre una bicicleta, apariciones silenciosas, se congregaron, anónimas, invisibles, en lo alto del Puerto. Una carrera ciclista. La Vuelta a Castilla y León. Una carrera clandestina un día como ayer. La televisión, por la niebla que impidió volar al helicóptero, no pudo emitir imágenes en directo. Espectadores tampoco había muchos, gente del mundillo ciclista de Madrid, federativos, agentes, apoderados, que aprovecharon la carrera para empaparse un poco, algunos periodistas, vallistas, familiares, amigos.
La soledad, la indiferencia, no parecieron afectar mucho, sin embargo, a los corredores. No, con toda seguridad al ganador de la etpapa, un genovés de 29 años llamado Marco Fertonani, casi licenciado en Derecho y políglota -habla perfectamente italiano, alemán, francés, inglés, español y portugués-, que nada más cruzar la meta arrancó un teléfono móvil de las manos del Guaje, el masajista del Caisse d'Épargne, para marcar con dedos temblorosos el número de su hermano, y gritarle con voz excitada: "¡He ganado! ¡He llegado solo a la cima!". Estaba tan emocionado Fertonani con su victoria que no sentía el frío, que aguantaba en manga corta bajo el temporal. "¿Frío? Aquí no hace frío", sonreía el escalador italiano, que sólo contaba en su palmarés con otra victoria, una etapa en la exótica carrera china, el Tour del Lago de Qing-Hai.
Tampoco al líder de la carrera el frío, la niebla, la lluvia, el granizo, la nieve, la ausencia de público, le debía de suponer el más mínimo problema. Pero claro, el líder no es otro que Alexander Vinokurov, el ciclista que no conoce más que un estado de ánimo, corredor de nutrido palmarés a quien una Vuelta a Castilla y León más o menos no supone más o menos prestigio. "He pasado más frío este año en la París-Niza", dijo el ciclista kazajo de rostro inmutable, maillot carmesí de líder, culotte azul cielo, el color de la bandera de Kazajstán, que sólo concedió colocarse unos manguitos para cubrirse los antebrazos. "Correr aquí, en una carrera que no es del ProTour me viene muy bien y también al equipo porque corremos con mucha menor presión, y ello nos permite hacer tests en días concretos, como en la contrarreloj del martes o como en esta subida". Y si de paso, se gana la carrera, pues mucho mejor para la confianza y la autoestima. Y más en un año como 2006 en que el kazajo, cilista al que le gustaba entregarse al máximo durante toda la temporada, además de cambiar de equipo, ha cambiado de hábitos y se va a concentrar casi en exclusiva en el Tour. "Y creo que estoy en el buen camino".
Vinokurov, que corre este año con el Liberty, el ucranio Yaroslav Popovich, del Discovery, el alicantino Rubén Plaza, del Comunidad Valenciana, los corredores que serán protagonistas de las caniculares tardes de julio en el Tour. Cubren en las carreras primaverales las necesarias fases de preparación que todo aquel que quiera brillar en la grande boucle debe pasar. "El Tour se empieza a ganar en navidades", decía Lance Armstrong, el máximo especialista del nuevo siglo. "Y se continúa ganando en primavera, aunque esto no lo parezca", añadió Johan Bruyneel, el belga que dirigió a Armstrong y que quiere propagar sus enseñanzas entre los más jóvenes del conjunto, como Popovich. "Y en este contexto, el frío es una anécdota", dijo el belga. "Más frío pasaremos la próxima semana en las clásicas flamencas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.