Una exposición desvela la loca vida nocturna de Elvis

Elvis Presley fue toda su vida un ave nocturna que encontraba en la noche la intimidad de la que carecía durante el día, y ahora una exposición en su mansión de Graceland (Estado de Tennessee) recuerda las veladas del cantante. "El mundo parece más vivo por la noche. Parece como si Dios no lo estuviese viendo", dijo en una ocasión el rey del rock para resumir su devoción por la nocturnidad. En sus horas de insomnio tuvo tiempo para muchas cosas, recogidas en la exposición Elvis After Dark (Elvis cuando oscurece): escribir grandes canciones, convertir la feria de Memphis en su parque de atracciones particular, despilfarrar el dinero en compras... o liarse a tiros con sus electrodomésticos. No en vano, una de las joyas exhibidas es la televisión de una de sus casas de California con un agujero de bala en medio de la pantalla.

La exposición, sin embargo, no recoge la parte más oscura de la vida nocturna de Elvis y pasa de puntillas sobre la afición de la estrella por el alcohol y las drogas, que le acabó llevando a la muerte en 1977. Entre las piezas sacras para los devotos de Elvis se encuentran la lámpara de fibra óptica de su mesilla, la estatua de Jesucristo que tenía en la cabecera de su cama y dos de los característicos trajes que lucía en sus actuaciones. También hay una foto que recuerda la faceta de Elvis como ayudante del sheriff del condado, en la que aparece atendiendo a las víctimas de un accidente de tráfico embutido en una cazadora roja de cuero.

Gracias a unos documentos desclasificados en 1986, se conoció que el cantante llegó incluso a convertirse en informante del FBI después de reunirse por sorpresa con el presidente estadounidense Richard Nixon en 1970. Para los más mitómanos queda la mesa de billar en la que jugaron juntos en una ocasión The Beatles y Elvis, que se puede alquilar por 250 dólares para emular las destrezas de las mayores figuras del pop y el rock.