Urdangarín: "Existen instrumentos adecuados"
Iñaki Urdangarín, ex jugador internacional de balonmano y ex vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE), considera que los deportistas disponen de los instrumentos adecuados para enfrentarse a los nuevos retos profesionales después de la etapa competitiva. "Durante sus años de juventud han aprendido valores imprescindibles, como la disciplina, el trabajo en equipo o la actividad bajo la máxima presión. Es cierto que se encuentran con un inconveniente: cuando se incorporan al mercado de trabajo, otros ya han llegado. Pero se trata de valorar las ventajas y buscar el medio para que los deportistas las aprovechen tras su retirada", dice Urdangarín, ex jugador del Barcelona y de la selección española de balonmano y representante de la generación que ha transformado el deporte español.
"El deportista tiene que entender que es un privilegiado, no una víctima. Es un privilegio poder acceder a dos profesiones en tu vida. Una, en el deporte, con lo que significa de experiencia formativa y, muchas veces, de comodidad económica; otra, a partir de tu retirada. Todavía tienes 30 o 40 años por delante", señala Urdangarín.
"Por desgracia, es habitual que el deportista sólo comience a plantearse su futuro profesional en la última etapa de su carrera. A veces, es fácil esconderse en la coartada de la exigencia de la alta competición. No es cierto. Hay tiempo para estudiar y para formarse. Es necesario formarse, encontrar tiempo, utilizar las herramientas que permitan desde joven un mejor salto a la siguiente actividad laboral".
En su opinión debe producirse una convergencia entre los objetivos de los deportistas y de los clubes a los que representan, es decir al perfecto encaje en una actividad que se ha convertido en espectáculo y negocio. "Muchas veces los jugadores se mantienen al margen de las numerosas vertientes que tiene el deporte en la actualidad, sin entender cómo funciona el negocio, sin entender que es una industria. Al deportista se le contrata, y ya está. No se le ofrece información de lo que puede significar para un club, para los patrocinadores, para todas aquellas áreas que se desarrollan en el deporte profesional", apunta Urdangarín, que encuentra lacras evidentes de comunicación: "No hay canales de comunicación. Todavía existen dos niveles que apenas se relacionan. Hay demasiada distancia entre el vestuario y las oficinas de los clubes. Un jugador no es alguien al que se contrata para una simple prestación de servicios. Su rendimiento no sólo se mide en la pista. Hay que establecer una buena comunicación con él para que aporte más cosas al club, y a los patrocinadores, y también para que desarrolle su actividad en mejores condiciones".
La figura del entrenador es clave, en su opinión, como vínculo entre el club y el deportista: "El entrenador ya no es sólo un experto en el campo de la táctica o la motivación. Ahora es trascendental también por su capacidad para difundir un proyecto global, institucional, entre los jugadores. Aquéllos que aporten ese valor diferencial serán más relevantes como entrenadores".
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