El Mallorca pesca un punto y aleja al Sevilla de la lucha por la 'Champions'

Casi siempre, intentar alcanzar un sueño implica alejarse de otro. El pasado miércoles, el Sevilla se afianzó en la lucha por el título de la Copa de la UEFA tras eliminar al Lille en un partido vibrante y disputado. Pero, al mismo tiempo, también se alejó de la clasificación para la Liga de Campeones de la próxima temporada. No sólo perdió el Sevilla a su jugador más en forma, Kanoutè, sino que gastó fuerzas que no ha sido capaz de recuperar. Ayer se aprovechó de ello el Mallorca, que hizo la tortuga cuando parecía que iban a sacarle del campo a gorrazos y se estiró lo justo y en el momento justo.

Sin Kanouté, regresó Saviola al equipo titular sevillista. El argentino lo intentó todo y, por momentos, le salió. Lo mejor que le puede pasar a un delantero es que una de las bandas de su equipo esté enchufada. Y, en el Sevilla, Alves y Navas, llevan mucho peligro siempre y, más aún, si trabajan al lado de un punta inteligente como Saviola que les ayuda a inventarse triángulos. La primera oportunidad, sin embargo, la tuvo Dragutinovic en un remate franco de cabeza tras un saque de falta desde la derecha. Saviola y sus socios acabaron por encontrar la red del Mallorca en una de las clásicas llegadas del argentino al primer palo con la puntera afilada. Navas y Saviola intentaron la misma jugada tres veces a lo largo del encuentro. En dos falló el argentino.

El dominio del Sevilla no se tradujo en demasiadas ocasiones. De hecho, ninguno de sus tiros fue entre los tres palos hasta el gol. El Mallorca sí que había llegado. Un centro desde la derecha le llegó a Arango, que ganó en el salto a Javi Navarro y sólo un paradón de Palop evitó el gol. El duelo entre Javi Navarro y Arango comenzó con un toquecito cariñoso del venezolano al sevillista, y acabó con el defensa sustituido con un arañazo en el iris de un ojo tras un codazo del mallorquinista.

En la segunda mitad, el Sevilla se fue desinflando. Brilló más Saviola, aunque falló las dos oportunidades citadas antes. A medida que se iban agotando las fuerzas de los sevillistas, salía más del caparazón el Mallorca. Manzano acertó con los cambios y, a falta de 20 minutos, Víctor se coló cimbreándose por la mismísima línea de fondo, centró atrás, Palop despejó en cortó y Okubo remachó un resultado que, finalmente, sólo se puede decir que fue justo.