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Reportaje:FÓRMULA 1 | Gran Premio de Malaisia

Correr en el infierno

Fernando Alonso, que en 2003 perdió 6 kilos, y sus rivales soportarán temperaturas de 70 grados

Fernando Alonso ofreció en 2003 una imagen preocupante. No podía sostenerse de pie al bajar de su coche tras haber concluido el tercero en el Gran Premio de Malaisia de Fórmula 1. Aquel año no pudo beber agua desde la segunda vuelta porque se le estropeó la bomba y el líquido no le subía a la boca. Fue duro porque acabó deshidratado y, cuando intentó incorporarse -en el bólido, las piernas están más altas que la pelvis- descubrió su lamentable estado físico. No era de extrañar. El circuito de Sepang someterá hoy (08.00, Tele 5) a todos, personas y máquinas, a condiciones extremas. En el cockpit, el habitáculo del piloto, se alcanzan temperaturas de 70 grados, combinadas con una humedad asfixiante que roza el 100%. "Es como practicar el sexo en una sauna", explicó el británico David Coulthard buscando un símil comprensible. Es correr en el infierno.

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"Cuando uno llega a la carrera de Malaisia se encuentra con varios problemas de golpe", comenta Eduardo Bendinelli, el preparador físico de Alonso; "se afrontan unas condiciones ambientales imposibles y es sólo el segundo gran premio, lo que, en el caso de Fernando, supone llegar del invierno y no estar adaptado al calor ni al esfuerzo físico que exige la competición porque acabas de empezar".

El calor ambiental en Sepang roza los 40 grados, que se multiplican en el cockpit llegando a los 60 bajo el casco y los 70 en la parte interior. La humedad suele ser del 98%. "Eso significa que estás sudando, pero no se evapora el agua", prosigue Bendinelli; "y no hay forma de quitarse el agobio. En consecuencia, baja la tensión, disminuye la resistencia y se pierde capacidad de reacción. Todas las condicionales bajan. La cuestión fundamental es buscar fórmulas para mantener la atención porque lo más difícil es estar concentrado siempre".

"Para mí, éste es el circuito más exigente a nivel físico por el calor, el sudor, la deshidratación...", confirma Alonso; "pero hay otros en los que la exigencia muscular es mucho mayor, como el de Brasil o el de Turquía. En cualquier caso, Sepang lo pone todo a prueba. Al piloto y al coche. Aquí la diferencia entre un buen coche y uno malo puede llegar a los siete segundos por vuelta. Por eso creo que va a ser otro test para todos los equipos".

En 2003, Alonso perdió seis kilos durante la carrera y su mono pesaba siete al final cuando habitualmente no supera los tres. Sin embargo, los recuerdos del vigente campeón mundial sobre Sepang son excelentes: aquí logró su primera pole position y su primer podio y aquí ganó la primera cita de 2005 y se colocó por primera vez líder del Mundial -ahí sigue instalado-, de camino a convertirse en el rey más joven de la historia: 24 años tan sólo.

"Yo creo que Fernando llega a Malaisia con una buena adaptación", agrega Bendinelli; "en Bahrein hicimos un buen trabajo en este sentido, con sesiones deportivas acuáticas, de tenis..., y con la adaptación al calor. Y aquí cuidamos especialmente la dieta, muy rica en agua y fibras -frutas, verduras, pasta y poca carne- y le aconsejamos beber a diario tres litros de agua, con sales minerales y vitaminas, para que absorba al menos la mitad de lo que ingiere".

Físicamente, no hay problemas ni en las tandas de entrenamientos libres ni en la clasificación. Pero en la carrera -56 vueltas: 310,4 kilómetros- es importante que pueda ir bebiendo agua de la bolsa lateral dotada con una bomba que eleva el líquido hasta la boca a través de un tubo de plástico. "La verdad es que los pilotos llevan ahí un litro de agua y que a las dos vueltas alcanza los 50 grados, con lo que es casi imbebible", confiesa Bendinelli; "por eso algunos la llenan de té, que se ingiere igual caliente. Pero a Fernando no le gusta. Así que hace lo que puede con el agua caliente. Todos suelen acabar bastante deshidratados y deben salir muy lentamente del coche para evitar problemas".

"En cualquier otra situación", concluye Coulthard, "te llevarían a un hospital y te pondrían el gota a gota, pero aquí sales del bólido, te tomas una botella de agua fría y... a correr".

Fernando Alonso, rodeado de operarios.
Fernando Alonso, rodeado de operarios.ASSOCIATED PRESS

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