Ronaldo se defiende a tiros
El delantero, suplente en Valencia, remató cinco veces en los últimos dos partidos del Madrid
El empate (0-0) conseguido en Valencia reforzó dos convicciones y sembró una duda en el vestuario del Madrid. La primera certeza es que ganar la Liga es imposible; la segunda, que el segundo puesto de la clasificación, con acceso directo a la Champions, está garantizado. La incógnita es el papel de Ronaldo: las estadísticas de su rendimiento comparado al de Raúl no demuestran que marginar al brasileño sea ventajoso para el equipo.
El nuevo presidente, Fernando Martín, tampoco alteró sus planes después del partido. No piensa convocar elecciones porque considera que Florentino Pérez, a quien debe el cargo, no lo nombró con ese propósito. Consciente de que sus detractores -algunos dentro del propio club- lo acechan con el argumento de que no tiene legitimidad para actuar, Martín replica que Santiago Bernabéu y Luis de Carlos se hicieron con la presidencia sin pasar por las urnas. Dice además que cuenta con el apoyo unánime de la junta y que, ante todo, están los objetivos deportivos, privilegiados por las normas estatutarias que lo amparan. Quiere reconstruir la plantilla y piensa comenzar la obra por la contratación de un técnico que se encargue de la empresa desde esta misma semana. Esas intenciones tenía al regresar a Madrid ayer de madrugada. En los próximos días el club podría anunciar públicamente los primeros movimientos.
El partido de Mestalla no dejó claro el efecto de la jornada en el funcionamiento del equipo. Juan Ramón López Caro, que hace dos semanas apostó por Raúl en perjuicio de Ronaldo, tiene motivos para dudar otra vez. En los partidos contra el Valencia y el Arsenal, Raúl ha dispuesto de diez minutos más de juego: 134 frente a 124. Sin embargo, Ronaldo, en su peor versión, lo supera en acciones de ataque: cinco remates por tres; tres jugadas en el área por ninguna; tres faltas recibidas por dos.
Florentino Pérez comenzó su mandato sin prestar atención al vestuario y cuando dimitió, hace dos semanas, había estableciendo relaciones personales con la mayoría de los jugadores que contrató. Martín actúa de modo opuesto. Ni ha dicho que se alejará del vestuario ni lo ha hecho: ha hablado con los jugadores durante horas. Uno a uno, los ha ido entrevistando a todos. En Londres, en el Bernabéu o en Valencia. El nuevo presidente se encarga personalmente de mantener elevada la moral de la tropa y asegura que lo hace sin conceder privilegios individuales.
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