El dilema Ronaldo
El Real Madrid viaja a Londres con toda la plantilla, incluida la estrella brasileña, para enfrentarse al Arsenal
Juan Ramón López Caro incluyó a Ronaldo en la lista de jugadores que hoy viajarán a Londres para enfrentarse al Arsenal, en Highbury. Este dato, sin embargo, no debería entusiasmar a la estrella brasileña. El técnico del Madrid, que prefiere dejar las decisiones más comprometedoras para el final, apuntó el nombre del goleador brasileño junto al de otros 19 futbolistas. En su casa sólo se quedarán Woodgate y Pablo García, los únicos jugadores que sufren lesiones graves de la plantilla y que no asistirán en vivo al partido en el que se resolverán buena parte de los dilemas deportivos y políticos que pueden marcar el futuro del Madrid a largo plazo.
El vestuario del Madrid nunca fue un recodo de armonía. No lo fue cuando la autoridad competente tenía el respeto de los jugadores y mucho menos en estos días, después de que el máximo responsable del club, el presidente Florentino Pérez, presentase su dimisión incondicional. Hoy la plantilla la componen un grupo de jugadores desorientados en busca de respuestas y poder. En medio del enredo, objeto de presiones contradictorias, gesticula López Caro intentando salir airoso. Para lograrlo debe satisfacer todos los intereses que convergen en la alineación de Highbury procurando evitar motines entre sus jugadores sin ir en contra de la última opinión de una junta directiva cambiante. De todas las decisiones complejas que debe adoptar el técnico la más controvertida es la que implica a su mejor jugador: Ronaldo.
Iker Casillas dice que la suplencia del brasileño no debería suponer un problema
En estos días el Madrid funciona de un modo tan extraño que López Caro preferiría no tener en su plantilla a Ronaldo, aunque, por el momento, en el equipo no se haya acreditado otro goleador más eficaz. Según su criterio técnico preferiría no ponerlo en la alineación contra el Arsenal, pero tiene miedo de las consecuencias negativas que esto podría tener para su futuro profesional si el Madrid no pasara la eliminatoria. A favor del entrenador operan algunos factores: un presidente nuevo que ha irrumpido ofreciendo "mano dura" y algunos veteranos que, inspirados por los aires de cambio, le alientan a reservar al brasileño. Porque Ronaldo, como la mayoría de los jugadores poderosos del Madrid, tiene detractores entre sus compañeros. Una oposición que ha esperado mucho tiempo en la sombra para exigir el respeto que cree que merece dentro del club.
Casillas dijo ayer que la suplencia de Ronaldo no debería suponer un problema: "Lo que tenemos que hacer es ganar los partidos con Ronaldo o sin él; con Iker, con Pavón, o sin ellos. Entendemos que haya polémica si entra o no en la convocatoria, pero ganamos 2-1 el derby y vimos que cuando un jugador de la categoría de Ronaldo no juega, sale Cassano y mete un gol que nos hace igual de felices. En el Madrid nadie es imprescindible y nadie está por encima de nadie. Por encima de los jugadores está el club, que es lo más importante".
Metido en estas y otras cavilaciones se marchó ayer López Caro y toda la expedición madridista a Londres. En Inglaterra el entrenador terminará de resolver el jeroglífico. Un problema que no se limita a la participación de Ronaldo. La inclusión de jugadores como Cicinho o Robinho queda todavía por resolver y ayer Zidane no pudo entrenarse, aquejado de un fuerte golpe en una pierna. Zidane acabó cojo el partido contra el Atlético y ayer todavía caminaba con molestias. El francés quiere jugar en Highbury pero López Caro cree que no estará al cien por cien físicamente. Zidane solicitó al técnico, desde que se hizo cargo del equipo en enero, que lo protegiera del deber de jugar dos veces por semana para, de ese modo, conservar su mejor nivel. En respuesta, López Caro lo excluyó de algunos compromisos de Copa. La semana pasada, sin embargo, el media punta jugó un amistoso con Francia. Fueron 45 minutos, pero acumulados al desgaste del derby pueden hacer mella.
El de Zidane será otro de los asuntos peliagudos que deberá despachar el técnico. Siempre que Zidane esté en condiciones de jugar, el entrenador se plantea cambiar a Robinho por Baptista, o incluso por Cassano. Por otro lado, piensa en sustituir a Cicinho por el liderazgo y la fibra competitiva que puede aportarle Salgado en una noche inhóspita.
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