Pulso Loeb-Solberg en el Rally de México, con Sordo a la expectativa
El francés Sebastien Loeb (Citroën), vigente campeón del mundo, lidera el Rally de México, tercera prueba del Mundial de la especialidad, tras la disputa de los ocho primeros tramos especiales. Al cierre de esta edición, Loeb mantenía una dura pugna al frente de la clasificación con el noruego Peter Solberg (Subaru), distanciado solamente en un segundo por Loeb.
Dani Sordo, vigente campeón del mundo júnior, protagonizó una brillante remontada después de comenzar la prueba en octava posición. El piloto cántabro de Citröen rodaba cuarto en la clasificación general al finalizar la octava cronometrada, a 2 minutos y 20 segundos del líder.
Solberg, vencedor de la última carrera disputada en Suecia, fue el gran dominador del primer día de competición, tras imponerse en las cuatro primeras etapas especiales. Lideró la prueba hasta el octavo tramo, momento en el que Loeb pisó a fondo el acelerador de su Xsara World Rally Car (WRC) y se colocó al frente de la tabla de tiempos. El bicampeón del mundo demostró ayer que, a pesar de no exhibir la superioridad de los últimos años, sigue siendo el más firme candidato a repetir el título. Tras la disputa de las dos primeras citas del Campeonato, en Montecarlo y Suecia, Loeb aguarda terrenos que le sean más favorables para las especificaciones de su Xsara. El francés es momentáneamente segundo en la general del campeonato, con 16 puntos por 20 del finlandés Marcus Gronholm (Ford).
Solberg aprovechó inicialmente la aparición de la tierra en el recorrido mexicano para entrometerse en el pulso que mantienen Gronholm (Ford), fuera de carrera desde el primer día por problemas mecánicos, y Loeb. La retirada de Gronholm despertó el apetito de Loeb, que se aplicó y le exigió el máximo a la mecánica francesa de su Citröen para finalmente situarse al frente.
El finlandés Mikko Hirvonen (Ford) perdió protagonismo en la segunda etapa después de optar sorprendentemente al liderato en la primera. Hirvonen se salió del trazado y no le quedó más remedio que abandonar.
