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El PP impone debates de hace dos años en las Cortes mientras frena iniciativas de actualidad

Los grupos de la oposición protestan por el escaso contenido de los plenos de la Cámara

El pleno de las Cortes Valencianas de esta semana es, de nuevo, claro ejemplo de la escasa conexión de la Cámara con la actualidad y con la realidad de la calle. La mayor parte de los puntos del orden del día corresponde a iniciativas pendientes, en algunos casos, hasta dos años y sólo las preguntas tramitadas por procedimiento especial guardan cierta relación con el día a día. El orden del día de las sesiones plenarias lo establece la Junta de Portavoces, en la que el PP cuenta con mayoría absoluta. En la práctica, el PP impone los debates y frena, mediante una interpretación restrictiva del Reglamento de la Cámara, iniciativas, casi siempre de la oposición, de mayor interés y más actuales.

"Si tuviéramos que debatir sobra la OPA a Endesa, no lo haríamos hasta 2009"

La actividad fue más bien escasa ayer en la sesión matinal del pleno de las Cortes Valencianas, con sólo tres puntos de debate. Para empezar, el pleno comenzó con casi 20 minutos de retraso, algo que ya se ha convertido casi en costumbre. Pero apenas transcurrieron otros 20 minutos -el tiempo que duró la votación y la explicación de voto de los portavoces de los tres grupos que aprobaron la iniciativa referente a Catadau- hasta que el presidente de la Cámara, Julio de España, del PP, decidió un receso, en principio, de cinco minutos, que al final fue de casi 40. El PP parecía no tener prisa alguna.

Pero a la escasa actividad hay que sumar la nula conexión de los debates con la actualidad. Una vez aprobado el punto de la central de Catadau, el pleno abordó dos proposiciones no de ley presentadas por el PP en mayo y en junio de 2004. La primera, que pedía respeto a la denominación oficial de Comunidad Valenciana, fue como un viaje en el túnel del tiempo pilotado por Rafael Ferraro, ahora diputado por el PP, que no renunció a defender las posturas de su antiguo partido -Unión Valenciana- en torno a los símbolos. La iniciativa fue tramitada por el PP después de que en su primera intervención en el Senado para presentar su Gobierno, en abril de 2004, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero utilizara "País Valenciano". La segunda reclamaba la regulación legal del Archivo de la Corona de Aragón y la creación de su patronato, cuando el Gobierno central ya negocia con las cuatro comunidades implicadas.

En cualquier otro Parlamento, ambas iniciativas habrían sido debatidas hace tiempo o, de lo contrario, retiradas. Pero las Cortes Valencianas son diferentes. En la Cámara autonómica valenciana las iniciativas sufren retrasos que en ocasiones superan los dos años. Pero ello no impide que se mantengan vivas y que lleguen finalmente a ser debatidas en el pleno a pesar de que han perdido toda actualidad y todo interés.

Y no será por falta de actividad. Ayer, la Cámara respondió a las críticas suscitadas por la aprobación del calendario de sesiones -en tres meses sólo se habrán celebrado cuatro plenos y medio- con una comparacion con la actividad de otros Parlamentos del mundo, entre ellos algunos tan exóticos como los de Estonia, Nueva Zelanda o Escocia. Es cierto que la actividad de las Cortes Valencianas es equiparable -por volumen- a la de otros Parlamentos. Pero si se comparan los contenidos, la Cámara valenciana sale muy mal parada.

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Y es que el grupo que sustenta al Consell, el del PP, utiliza su mayoría absoluta en las Cortes y hace una interpretación restrictiva del Reglamento de la Cámara para eludir o retrasar siempre que sea posible el debate de iniciativas de la oposición que puedan incomodar al Ejecutivo. Así, las peticiones de creación de comisiones de investigación sobre presuntos casos de corrupción, como las del Ivex o Ciegsa; iniciativas que afectan directamente a las arcas de la Generalitat, como las referidas a las urgencias médicas y el gasto farmacéutico; y proposiciones que afectan de forma directa a los ciudadanos, como las referidas a la empresa Izar de Manises o la ampliación del hospital de la Vega Baja, son frenadas o postergadas por la Junta de Portavoces. La oposición intenta actualizar más los plenos retirando para ello iniciativas suyas, de forma que entren otras de mayor interés y actualidad. Pero el PP apela al Reglamento para impedirlo. Y si alguna de ellas llega al pleno, no es raro que el consejero afectado, interpelado o preguntado presente excusa a última hora.

"Si tuviéramos que debatir sobre la OPA a Endesa, no lo haríamos hasta 2009", ironizaba ayer el socialista Andrés Perelló. Y es que en las Cortes Valencianas, desde que se presenta una iniciativa hasta que se debate, pueden transcurrir varios años, siempre que no se trate de algún asunto de especial interés... para el Consell o para el PP.

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