La banda hace estallar una mochila con explosivos en una empresa de Bilbao

La organización terrorista ETA mantiene su presión a los empresarios vascos con el objetivo de recaudar dinero con el denominado impuesto revolucionario. Ayer, el comando que tiene operativo en Vizcaya colocó una mochila bomba contra la empresa Barrenechea y Goiri, situada en el polígono Santa Ana, en el barrio bilbaíno de Bolueta. La carga, compuesta por entre cinco y siete kilos de cloratita, hizo explosión mediante un temporizador a las 15.15, después de que un comunicante en nombre de ETA avisara sobre las dos de la tarde de su colocación al diario Gara.

Agentes de la Ertzaintza y la policía municipal acordonaron la zona y desalojaron a los empleados. Además, el servicio ferroviario que une Bilbao con San Sebastián quedó interrumpido hasta las 15.45. La policía encontró la mochila en el descansillo con un cartel con la leyenda "Peligro bomba".

Según varios de los 48 trabajadores de la empresa, el artefacto fue colocado en la entreplanta de la empresa, una firma dedicada a la fabricación de envases metálicos para conservas de pescado. La onda expansiva abrió un agujero en la fachada, afectó a la puerta de entrada y al techo y produjo cuantiosos daños en el interior. "Queremos volver para ver si vamos a poder seguir trabajando", decía ayer un operario del turno de tarde junto al cordón policial.

Todos los partidos -salvo Batasuna-, los Gobiernos central y vasco y las asociaciones de empresarios y varios sindicatos condenaron el atentado y exigieron a ETA el cese total de la violencia. Curiosamente, la víspera el secretario general del sindicato abertzale LAB, Rafa Díez, puso en duda la magnitud del chantaje terrorista. La patronal Confebask apuntó que estos atentados "inducen al desaliento y ensombrecen las expectativas de paz que se intentan generar en la sociedad vasca".

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, tras visitar la empresa, acusó a ETA de extorsionar con una "práctica mafiosa" para "hacer caja", algo que también resalto el Ejecutivo vasco. El de ayer es el noveno atentado en 2006.