Mourinho achaca la derrota al arbitraje

José Mourinho no sabía hasta ayer lo que era perder en Stamford Bridge. Con él en el banquillo, el Chelsea había jugado 49 partidos con un balance extraordinario: 38 victorias y 11 empates. El portugués cumplía ayer por tanto su encuentro número 50 y encajó muy mal su primera derrota, precisamente ante el Barça, que jugó ayer su partido 400 en Europa. Hace un año, Mourinho culpó al árbitro de su derrota en el Camp Nou (2-1) y recurrió a las malas artes al acusar a Frank Rijkaard de haber influido en el colegiado en el descanso. Ayer utilizó el mismo guión. Primero, Mourinho se mostró sereno y se limitó a señalar que era difícil jugar con 10 contra un gran equipo. Pero cuando empezó la rueda de preguntas, zanjó: "¿Si estoy decepcionado con la expulsión de Del Horno? ¿Habéis visto o no el partido? Igual me meto en apuros con las autoridades: escribidlo vosotros, no yo".

Dijo eso cuando respondía a preguntas de periodistas ingleses pero luego soltó un monólogo de varios minutos en castellano en los que acusó a Messi de "hacer teatro" y hasta se llegó a plantear si valía la pena ir a jugar al Caamp Nou tras un arbitraje como el de ayer. "Lo que cambió el partido es jugar 10 contra 11 porque entonces ellos tuvieron más espacios, pudieron jugar por las bandas, no podíamos presionar tanto...Yo prefiero perder con el Middelsbourg como hace 15 días por 3-0 que no así", dijo en una larguísima respuesta. "Pero ¿Qué podemos hacer? ¿Que retiren la tarjeta roja a Del Horno? ¿Que suspendan a Messi por hacer teatro? El resultado no va a cambiar... Porque seamos serios: Messi ha hecho teatro. Cataluña es un país de cultura y sabéis lo que es. Yo he ido al teatro muchas veces y allí es de calidad. Y Messi ha aprendido de los buenos..." Y concluyó: "No podemos cambiar el 1-2. ¿Vale la pena ir a Barcelona y discutir la eliminatoria? Esa es la cuestión. Y si no podemos, pues voy con el equipo B y me reservo a los jugadores para la Première League y para la Copa inglesa".

Curtido tras la experiencia de hace un año, Rijkaard encajó la reacción de Mourinho con absoluta indiferencia. La misma que mostró cuando, en la segunda parte, el portugués se le acercó en la banda para comentarle algo. El holandés ni se inmutó. "Tiene todo el derecho del mundo a expresar su opinión. No voy a responder a un colega. Vamos a tomar el partido de vuelta en serio porque será complicado", avisó Rijkaard, que, sin embargo, no omitió algo. "Nunca hablo de los árbitros pero yo he visto dos faltas cometidas sobre Leo: la primera, milagrosamente, el árbitro no la ha visto

[alude a cuando Del Horno le clava los tacos] y luego ha habido el choque, Messi ha caído y el árbitro ha enseñado la roja a Del Horno". Puyol, el capitán, repitióla misma consigna: "Lo que diga Mourinho es su opinión, pero nadie puede discutir la primera ni la segunda entrada". "Vi que el defensa venía fuerte", narró después el pequeño jugador argentino; "con mala intención y salté... por eso no me dio", explicó Messi, vital en la victoria del Barça, la primera de un equipo español en Stamford Bridge, que perdió ayer la imbatibilidad que mantenía con Mourinho al frente del equipo.