"Busco un empleo serio sin 'contrato basura"

Encontrar un trabajo o conocer de cerca todas las opciones profesionales que ofrece el mercado laboral son las principales motivaciones de los centenares de personas que han acudido a la primera primera edición del Salón de la Ocupación de Cataluña, que se clausura hoy en La Farga de L'Hospitalet.

Una de ellas es Joana Giol, de 31 años, licenciada en Derecho y actualmente en paro. Visitó la feria el primer día con el fin de encontrar alguna oferta de trabajo que marcara un cambio en su trayectoria profesional. "He estado en trabajos miserables con contratos basura. Busco algo más serio", explicó. Giol se paseaba interesada en alguna oferta de trabajo para alguna ONG.

La animó a acudir el haber oído que se encontraría con empleos "innovadores, algo diferente de, por ejemplo, administrativo". Lo mismo que Fernando París, de 44 años, que el lunes se quedó sin trabajo. El salón le vino bien para pensar a qué dedicar su futuro próximo: "Quiero hacer algo de formación, me apuntaré a algunos cursos que me permitan acceder a otro empleo".

Antonia García dejó de trabajar en el sector de la restauración cuando tuvo hijos. "Cuando buscas algo y dices que tienen niños, se te cierran las puertas", comentó. Superada la cuarentena, su única opción ha sido apuntarse a un curso para aprender el oficio de la construcción, si bien tampoco tiene grandes expectativas de poder trabajar en ello por "ser mujer". A pocos metros, la Cruz Roja ofrecía precisamente programas de ocupación (talleres, mediación con empresas y formación) dirigidos a personas con dificultad de acceso al mundo laboral, como mujeres, inmigrantes y usuarios de servicio sociales.

"Atendemos a unas 1.000 personas sólo en Barcelona", explicó el coordinador de ocupación de la oficina provincial, Eduard Vives.En el salón hay mucha oferta de formación para los jóvenes que buscan su primer trabajo, pero no para las personas que ya estamos en el mundo laboral", se lamentaba Ángeles Miranda, de 33 años, que desea ser cocinera y que entregó su currículo en los expositores de dos hoteles. Muchos de los visitantes del I Salón de la Ocupación eran alumnos de institutos que acudieron a La Farga para hablar con profesionales cualificados de los oficios de hostelería, carpintería, construcción, automoción y jardinería. "Me he informado sobre mecánica", comentó a la salida David Aranda, de 15 años, del IES Lluís Vives de Barcelona. "Yo no sé aún qué hacer, estoy entre carpintería y jardinería", dijo su compañero Skarlin Pérez, originario de Santo Domingo. Andreu Pedrón, de 16 años, se reafirmó en su decisión de cursar hostelería después de ver cómo diversos cocineros preparaban todo tipo de manjares. Precisamente este expositor fue el que congregó a más curiosos, muchos de los cuales probaban los platos acabados de preparar.

Otra bolsa importante de visitantes la conformaban responsables de políticas de ocupación de las administraciones. "Busco información para saber qué instrumentos tenemos a nuestro alcance en cuanto a orientación para la ocupación con el fin de aplicarlos en mi territorio", explicó la concejal de Promoción Económica de Berga, Lurdes Bover. Dos técnicas de ocupación del Ayuntamiento de Mataró señalaron como lo más interesante del salón el Servicio Ocupacional de Cataluña y la oferta en formación ocupacional y continua.

Los más emprendedores tenían a su disposición información sobre cómo crear su propia empresa. "Hoy me han planteado desde cómo abrir un negocio de comida rápida hasta un portal de Internet dedicado a realizar análisis", explicaba Xavier Castellà. En el mismo lugar, Núria Casamajor exponía las ventajas y los inconvenientes de optar por formar una cooperativa: "Es necesario ser un mínimo de tres socios trabajadores y aportar 3.000 euros. Comporta beneficios fiscales y pueden lograrse subvenciones, pero cuando va mal también se debe aflojar dinero del propio bolsillo". Según Núria Casamajor, la creación de cooperativas crece cuando hay más paro.

Algunos puestos ofrecen talleres de peluquería, joyería, formación de técnicos en deportes de aventura, cerámica... La Escuela Náutica Pesquera de Cataluña, situada en L'Ametlla de Mar, muestra su oferta de estudios para formar patrones, jefes de máquinas, mecánicos navales y buzos profesionales. "Las salidas profesionales de un técnico de pesca y transporte marítimo son muchas, desde encargado del mantenimiento de piscifactorías hasta soldador en un armador", explicó uno de los alumnos, Albert Guàrdia.

La Escuela de Cerámica de La Bisbal ofreció a los visitantes cursos de restauración de muebles, de ceramista y de manipulación de vidrio. "Muchos ceramistas de la zona nos piden trabajadores", dijo la responsable, Eugènia Viusà.

El consejero de Trabajo, Josep Maria Rañé, alertó de que hay sectores de la industria catalana que necesitan mano de obra y no encuentran personal cualificado, por lo que animó a la población a formarse como caldereros y soldadores, y a especializarse en servicios a las personas, para lograr cubrir la demanda.