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JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

La maldición de Miller continúa

Bode Miller, el último esquiador carismático que rompe reglas, continúa con su maldición y Estados Unidos con sus sorpresas. El norteamericano sigue una temporada marcada más por los escándalos de sus declaraciones que por los buenos resultados. Quinto en el descenso del domingo, hizo ayer el mejor tiempo en el de la combinada y parecía en la mejor posición para mejorar su plata de hace cuatro años en Salt Lake City. En la primera manga del eslalon mantuvo un segundo de ventaja sobre su gran rival, el austriaco Benjamin Raich, líder de la Copa del Mundo y el esquiador más completo de la actualidad. Pero por poco tiempo. Casi nadie había visto, pero sí los jueces, su mal paso por una puerta y fue descalificado. Se lo tomó con su ironía típica: "Así no tendré que bajar a Turín para la ceremonia de las medallas". También Raich se salió en la segunda manga cuando tenía el oro en la mano y la lotería le tocó a otro estadounidense, Ted Ligety, que logró su primera gran victoria ante Ivica Kostelic, el hermano de Janica.

El estadounidense pasó mal una puerta en la combinada y cedió el oro a su compatriota Ligety

Aún coleaba ayer la tensión vivida en la final del patinaje artístico por parejas mientras el ruso Eugeni Plushenko empezaba un maravilloso recital individual. Ganaron los rusos, según es habitual -como el triple podio alemán en el luge femenino-, pero fue tras una sesión de odio y coraje. Tatiana Totmianina y Maxim Marinin estuvieron perfectos bajo los acordes de Romeo y Julieta y ya eran campeones seguros cuando salió a jugársela la tercera pareja de China, país que ha tomado en serio el patinaje como la gimnasia, los saltos o el tenis de mesa y ya amenaza la eterna supremacía rusa. A los 38 segundos, Hao Zhang lanzó a Dan para intentar un primer cuádruple Salchow, uno de los saltos tradicionales con giro, pero la chica cayó de tan mala manera que se dobló la pierna izquierda y la rodilla estrellándose contra la valla. Era el fin, pero Dan, con su dolor, volvió tras bastante más de los dos minutos reglamentarios, aunque lo admitió la federación internacional, y los Zhang ganaron así la plata. Su coraje no fue alabado por Totmianina, que sabe de accidentes, pues en 2004 tuvo una conmoción cerebral en otra caída de la que no se ha recuperado del todo y por eso se retira. Fue elocuente y dejó entrever que los chinos se lo habían buscado: "No he sentido nada especial al verlo. Fueron muy agresivos en el calentamiento y no nos dejaron hacerlo bien. Estaban ya en pie de guerra...".

El rosario de malos resultados españoles, anunciado para seguir hoy en el descenso femenino con Carolina Ruiz, Andrea Casanovas y Leyre Morlans, mal en los tres entrenamientos cronometrados, lo continuó ayer el guardia civil Luis Alberto Hernando, 84º de 90 clasificados, en los 10 kilómetros del biatlón. Se despidió así tan discretamente como empezó. Falló cuatro disparos en los dos puestos, uno tumbado y tres de pie, lo que le obligó a dar cuatro vueltas más de penalización en el circuito para los malos tiradores. Acabó a más de seis minutos del ganador, de nuevo un alemán ante dos noruegos, pero ninguno de ellos el cuádruple oro de 2002, Ole Einar Bjoerndalen, que volvió a perderse con tres disparos fallados.

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