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Reportaje:FÚTBOL

La Liga de las tarjetas

Los árbitros españoles son los que más penalizan las faltas en Europa

"Los árbitros", dice Xabi Alonso; "se dividen en tres tipos: los europeos, que pitan algo, los ingleses, que pitan poco, y los españoles que pitan mucho".

El medio centro del Liverpool sabe de qué habla cuando pontifica sobre los jueces del fútbol. Las estadísticas lo avalan con un matiz: los árbitros italianos pitan más que los españoles, sólo que sin consecuencias. Los árbitros españoles son los que más tarjetas muestran en relación a las faltas que señalan. En ninguna Liga europea se interpreta el reglamento con tanto rigor punitivo.

España está a la cabeza de las tarjetas. En los primeros 180 partidos de Liga los árbitros pitaron 6.999 faltas, incluyendo 55 penaltis, 75 tarjetas rojas y 904 amarillas. En los primeros 180 encuentros del calcio los jueces italianos señalaron 594 faltas más que en España. Sin embargo sancionaron menos penaltis (43) y mostraron menos tarjetas (53 rojas y 729 amarillas).

"El español es pillo por naturaleza. Es latino", observa el árbitro Mejuto González
"El fútbol español es el más entretenido, porque allí se castiga al que no quiere jugar", dice Solari
"Normalmente, en Alemania la patada por detrás no es ni falta", lamenta Klimowicz
"Acabo los partidos molido por las palizas de los delanteros", asegura Piqué, del Manchester

Acostumbrado al juego italiano, el central Walter Samuel tardó meses en ajustar su marca al estricto criterio arbitral español. "Los tocabas [a los delanteros] y [los árbitros] te pitaban falta", recuerda. Ahora Samuel ha vuelto a su antiguo territorio de caza. El argentino es el líder de la defensa del Inter, la segunda menos batida de Italia.

En el Inter también juega el ex madridista Santiago Solari. Como atacante su perspectiva es más sombría. "En Italia", explica, "el juego se corta demasiado con faltas que protegen a los que las hacen. Los centrales siguen a los delanteros hasta el centro del campo y los tocan: toc, toc, toc... La cuestión es no dejar que se giren. Y si se dan la vuelta y se van por habilidad: hachazo. Como están lejos del área, para los defensas es matar o morir. Te cortan. Entonces el árbitro señala falta y ahí queda todo. Vuelta a empezar... Hasta que te cortan de nuevo. Lo máximo que logra el equipo que ataca es adelantar la posición unos metros. No se aplica la tarjeta por acumulación. El resultado es que muchos equipos hacen uso sistemático de las faltas. Juegan al límite del reglamento para cortar el juego continuamente".

Solari, que tiene alma de delantero, añora España. "En España a la segunda falta muestran tarjeta", recuerda; "así los defensas se cuidan más. En Italia los regateadores arriesgan los tobillos".

"Cuanto más permisibilidad arbitral, menos vistoso es el fútbol", concluye Solari. "Por eso el fútbol español es el más entretenido. Porque allí se castiga al que no quiere jugar. Se usan más las tarjetas. Pitar falta sin mostrar tarjeta equivale a igualar al que quiere jugar con el que no quiere tener la pelota".

En Argentina, donde cada árbitro representa un mundo, el árbitro más británico ha sido Juan Baba. Popularmente conocido como El Juez Baba, este colegiado ya retirado valoraba las jugadas violentas con deleite. Una vez, un jugador le oyó elogiar una entrada con los tacos por delante. "¡Bien metida esa plancha!", gritó. Y el balón siguió en juego.

En el fútbol inglés el juez Baba no habría desentonado. La Premiership es el campeonato europeo donde el juego se interrumpe menos por decisiones arbitrales. En la temporada 2004-2005 los árbitros ingleses pitaron 28,42 faltas por partido y en esta campaña la media es de 29,52.

Xabi Alonso siempre dice que una de las primeras lecciones de arbitraje que recibió en Inglaterra se la impartió un árbitro en medio del partido. Alonso recibió un planchazo y acudió a quejarse. "La plancha en todo el mundo es falta, pero en Inglaterra no", le apuntó el trencilla. Hasta hoy, al jugador le cuesta asimilarlo: "A veces no te entra en la cabeza que una plancha tan clara no sea falta. Son entradas que pueden hacer mucho daño".

Puesto a buscar una explicación, Alonso mira a la grada: "Si ves el ambiente te das cuenta de que las faltas dudosas no gustan. El público quiere continuidad".

En Inglaterra son tan raras las tarjetas que cada vez que el árbitro se lleva las manos al bolsillo se inicia un ritual ceremonioso. "La primera vez que me amonestaron", recuerda Luis García, el delantero del Liverpool; "el árbitro pitó y yo le di la espalda y me alejé porque estaba acostumbrado a España, donde te muestran la tarjeta sin más. Entonces mis compañeros me cogieron y me dijeron que no me podía ir. Que tenía que escuchar al árbitro. El arbitro me estaba llamando. Hasta que no fui donde estaba y no me dio una explicación de por qué me amonestaba no me mostró la tarjeta y no se reanudó el partido".

En general, los futbolistas españoles consideran que los árbitros ingleses, lejos de coincidir con el tópico de la excelencia, son muy malos. El criterio sancionador da lugar a que se produzcan más entradas y más lesiones.

En 1998, Albert Ferrer se convirtió en el primer defensa español en emigrar a la Liga inglesa. Cuando lo presentaron en el vestuario del Chelsea, lo primero que le dijo su nuevo jefe, Marcel Desailly fue que se cuidara de los delanteros: "Espabila porque aquí pegan todos". El último defensa español en embarcarse hacia Inglaterra fue el ex barcelonista Piqué. Desde el Manchester lamenta la violencia del juego: "Acabo molido porque los delanteros me pegan unas palizas de cojones".

El técnico español del Liverpool, Rafa Benítez, clama a la FIFA "Es urgente unificar los criterios de interpretación del reglamento entre el continente y las islas. Siendo el mismo reglamento, la lectura es totalmente diferente. Los jugadores españoles lo notan mucho. Especialmente los centrales y los delanteros".

Luis García lo notó en su debut frente al Manchester. Recibió de espaldas y Rio Ferdinand le dio una patada por detrás. El español voló. Al caer a tierra no pensó en levantarse inmediatamente porque creyó que el árbitro había pitado. Estaba en un error. El balón seguía rodando y sintió una voz que se acercaba por detrás y le decía al oído: "Wellcome to the Premier League". Le hablaba su agresor, el central Ferdinand.

José Mourinho, el entrenador del Chelsea, tampoco es un fervoroso admirador de los árbitros británicos. Sin embargo, destaca un gran valor: "Son honestos y leales. Nunca en Inglaterra tienes las sensación de que te pueden perjudicar de antemano. En Inglaterra es inconcebible que se tienda a proteger a los equipos grandes".

Las cifras de la Liga alemana señalan un criterio menos complaciente que el inglés. Se muestran más tarjetas que en Inglaterra pero menos que en Italia. Puesto a comparar la Liga española con el campeonato alemán, el delantero Diego Klimowicz, que jugó en el Rayo y ahora milita en el Wolfsburgo, advierte la dureza germana. Y dice: "Llevo tres años en Alemania y hoy [por el sábado pasado] vi algo que no había visto nunca: el árbitro le mostró roja directa a Fathi, del Herta, por una entrada por detrás a a Juan Mensegués, del Wolfsburgo".

"Aquí cobran mucho menos faltas que en España", advierte. "Se nota sobre todo en el centro del campo, en el juego de transición. Normalmente las patadas por detrás no son ni falta. Eso hace que no se vean jugadores que trasladen el balón. Se intenta jugar al primer toque. Si se traslada, se intenta correr rápido para evitar patadas".

"En las áreas los árbitros protegen más al atacante", matiza Klimowicz, que recuerda que en este sector el criterio es igual que en España. Esta temporada la Bundesliga registra más penaltis pitados que en España: 0,33 frente a 0,31 por partido.

Los árbitros españoles gozan de la preferencia de casi todos los futbolistas consultados por este periódico porque, dicen, protegen el juego de ataque. Mejuto González, el árbitro español de mayor prestigio en la actualidad, no parece opinar igual. Preguntado por la causa de tanto rigor tarjetero, Mejuto lo atribuye al "comportamiento de los jugadores y los equipos españoles". Dice el juez que "el jugador español es pillo por naturaleza. Es latino".

El árbitro español Mejuto González habla con los jugadores durante un partido en el estadio Calderón.
El árbitro español Mejuto González habla con los jugadores durante un partido en el estadio Calderón.RICARDO GUTIÉRREZ

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