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Reportaje:

Reproches y confusión

La directiva del Madrid critica las rotaciones de López Caro, y algunos jugadores asumen su culpa

Diego Torres

La comitiva madridista que abandonó Zaragoza después de sufrir un histórico 6-1 en la ida de las semifinales de la Copa regresó a Madrid aturdida en la madrugada de ayer. El presidente, Florentino Pérez, ya no sabe si abrazar las virtudes teologales del entrenador en el cargo, Juan Ramón López Caro, o volver a ponerse en contacto con Fabio Capello, al que ve desde hace años como una garantía y como una amenaza al mismo tiempo. El director general de fútbol, Benito Floro, es para algunos en el club un técnico suplente. Esta figura, tan revolucionaria como el modelo de zidanes y pavones, se ocupa diariamente de organizar el fútbol base de Valdebebas. De momento, no es más que un consejero y asegura no querer saber nada del banquillo. Esto es mucho más de lo que se aprecia en Emilio Butragueño, el vicepresidente deportivo, cuya misión no es evidente en la práctica. El único responsable con poder ejecutivo que habló ayer públicamente para dar explicaciones fue López Caro. Antes del desastre de La Romareda era el menos poderoso de todos. Ayer su posición se antojaba más debilitada. "Yo soy el máximo culpable", proclamó otra vez blandiendo el cilicio.

Pérez piensa que la eliminatoria está prácticamente perdida. Los jugadores, sin embargo, tienen esperanzas de cambiar su suerte. Esto es lo que dijo Casillas. "De perdidos, al río", declaró el portero; "tenemos que arriesgarnos. Tenemos que ir al ataque y estamos convencidos de que en la vuelta les haremos tres goles antes del descanso. Lo hemos hablado y vamos a por ellos. Aunque sabemos que nunca en la historia el Madrid ha remontado un 6-1 en contra, creemos que este equipo tiene recursos para hacer historia en ese sentido".

Las fuentes consultadas dentro del club indican causas contradictorias en el origen de la goleada. Unos adjudican la derrota a los árbitros, por no pitar un penalti a Robinho y otro a Baptista. Otros critican a los jugadores. Y no faltan quienes achacan el marcador a la fatalidad, a eso que llaman "cosas del fútbol". En el entorno de Pérez también señalan a López Caro por rotar demasiado la alineación y después no tener reflejos para evitar la paliza. El propio López Caro comulga con sus detractores. El entrenador asegura que tiene la culpa de todo. Tal vez se arrepienta de formar una alineación sin Woodgate, su defensa preferido. Quiso repartir minutos y ahora no está seguro de haber acertado. Como dijo tras el partido: "Los cambios no se adaptaron a las circunstancias". Si de verdad López Caro piensa esto, Pavón, Salgado o Helguera están en su mirilla.

Hace un año, el Madrid fue eliminado de la Copa por el Valladolid en el Bernabéu. El entonces entrenador, Vanderlei Luxemburgo, alineó un ataque formado por Owen, Javi García, Jurado y Portillo. En el centro de la defensa situó a Pavón y Raúl Bravo, con Arbeloa en el lateral derecho y Roberto Carlos en el izquierdo. Por confeccionar este equipo, Luxemburgo no recibió más críticas que López Caro por hacer el suyo. Esto no impidió que el año pasado, antes del verano, Florentino Pérez se pusiera en contacto con Capello para hablar de un futuro que permanece incierto.

"El once de Zaragoza es un equipazo del primero al último", dijo ayer Casillas; "son internacionales consagrados. El chaparrón nos lo merecemos los que jugamos, no el técnico por alinearnos. Entendemos que, con sus declaraciones, López Caro nos quiere quitar presión. Pero nosotros ya somos mayorcitos y sabemos que los culpables de lo que ocurrió fuimos los que estuvimos en el campo".

En La Romareda, López Caro alineó a un equipo que ha sido titular en la Liga más de una vez esta temporada. El rendimiento de los jugadores, sin embargo, no fue el de otras veces. Ronaldo remató dos veces a puerta, Baptista tres y Robinho ninguna. Del otro lado, Ewerthon y Diego Milito tiraron diez veces. En el medio campo las cosas no fueron mejor. Guti fue el jugador que más veces recuperó el balón de los 22 que saltaron al campo: diez. Gravesen, que en teoría tiene esa función, sólo lo hizo en dos ocasiones.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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