Portazo al Liverpool

Los jugadores del Chelsea, que habitualmente cumplen con el trámite de la victoria con paso marcial e impasible el ademán, se abrazaron riendo en el centro del campo, las camisetas en la mano, los aplausos atronando Stamford Bridge, para celebrar el triunfo sobre el Liverpool. Era importante. Por una cuestión psicológica, de revancha. Y porque ahora, el conjunto dirigido por el español Rafa Benítez, con dos partidos menos, es tercero a 21 puntos del equipo londinense. El Manchester United, que es segundo, está a 15 puntos. Así, casi liquidada la Liga inglesa, recuperado el paso tras tres anodinos empates en casa, el grupo de Mourinho aumenta su presión sanguínea de cara al duelo en la Champions contra el Barça y, de paso, subraya su superioridad doméstica.

Las caras de los jugadores del Liverpool reflejaban cualquier cosa menos satisfacción. Empezando por su portero, Pepe Reina. El meta español fue expulsado cuando faltaban diez minutos. Primero, hizo una entrada por detrás junto a la línea de banda a Gudjohnsen. Después, cuando le llamó el árbitro, le lanzó un pescozón a Robben por el camino. Se formó una pequeña riña y Reina vio la tarjeta roja. No fue determinante, desde luego. Para entonces, el Liverpool ya acumulaba dos goles de desventaja.

El primer tiempo, a excepción del gol de Gallas, fue un calco de los últimos encuentros que han disputado los dos equipos: tensión, ritmo, imprecisiones y poco fútbol. El Liverpool se empeñaba en lanzar balones aéreos a Crouch, que es muy alto. El Chelsea era poco más que las ganas de Cole.

Todo cambió en la segunda mitad. Rota la inercia de precauciones gracias al gol de Gallas, el choque se abrió. Mientras el Liverpool, con combinaciones rápidas de las bandas al centro, conseguía descolocar a la defensa de Mourinho y rondar el empate con varias ocasiones de Crouch, Alonso, Kewell y Gerrard, el Chelsea aprovechaba la verticalidad de Robben y el oportunismo de Crespo. Funcionó mejor la estrategia del club londinense. Bastó con romper la defensa adelantada del Liverpool en un par de oportunidades para abrir una brecha definitiva en el marcador.

Curiosamente, dos futbolistas que habían salido como recambio fueron, a su vez, sustituidos. Fueron el irlandés Damien Duff, que sólo estuvo tres minutos en la cancha tras caer lesionado, y Luis García, que fue el escogido por Rafa Benítez para que entrase en el césped Dudek, el héroe de la final de la Copa de Europa de la campaña pasada, cuando Reina vio la tarjeta roja.