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FÚTBOL | 22ª jornada de Liga

Depor y Valencia se miden de nuevo sin apagar las llamas de la Copa

La animadversión entre el Deportivo y el Valencia, un clásico reciente del fútbol español, se ha mantenido viva durante casi 12 años. Desde el celebérrimo penalti fallado por Djukic que privó de una Liga al equipo gallego. Los sucesos de los últimos días han añadido combustible de sobra para que la llama no se extinga en, al menos, otros 12. Al vodevil de penaltis polémicos, encuentros suspendidos y añagazas judiciales le falta un epílogo: el Valencia regresa esta noche a Riazor para medirse al Depor en la Liga sólo tres días después de su derrota en la accidentada eliminatoria de Copa.

Las cenizas todavía humeaban ayer en Valencia tras el partido a puerta cerrada del pasado miércoles, que dio el pase al Deportivo a las semifinales coperas con un máximo castigo muy discutido. El presidente del club de Mestalla, Juan Bautista Soler, anunció que pedirá a la federación española que a su equipo no le dirijan más los árbitros Megía Dávila, el de la suspensión, e Iturralde González, quien en el turno de ida, en A Coruña, pitó otro penalti muy contestado por el cuadro valenciano. Sin ahondar mucho más, su entrenador, Quique Flores, insistió en que se siente perjudicado por las actuaciones arbitrales y no dejó dudas sobre la clase de recibimiento que espera en Riazor: "Imagino un ambiente cargado, de revancha, que dé continuidad a los episodios pasados".

Llamamientos a la calma

Desde aquel 14 de mayo de 1994, cuando el Deportivo no fue capaz de batir a un Valencia que no se jugaba nada y perdió una Liga, todos los choques entre ambos conjuntos han encendido las bajas pasiones en Riazor. Esta vez, el tránsito de malos humores entre las dos aficiones ha ido demasiado lejos y, temiendo la cita de hoy, el presidente del Depor, Augusto César Lendoiro, y su entrenador, Joaquín Caparrós, se han aplicado en reiterar los llamamientos al público -anoche, a través de la página web- para que evite las conductas exaltadas. "Riazor debe demostrar su señorío", repite Caparrós.

Al afán de desactivar el ambiente se sumó ayer el único valenciano del Deportivo, el portero Molina, para abundar: "Que [nuestros hinchas] nos animen y se lo pongan difícil al contrario presionando y silbando. Pero sin perderle el respeto". El joven Senel, protagonista del controvertido penalti del miércoles, también quiso apuntarse a la ceremonia de apaciguamiento, aunque no evitó un asomo de revanchismo: "Nuestra afición debe dar ejemplo y ser un poco más civilizada que la del Valencia".

Quique se ha quedado sin Kluivert una semana después de su exitosa reaparición ante el Zaragoza. El holandés acumula lesión tras lesión. Ayer tuvo que retirarse antes del entrenamiento por unas molestias en la rodilla derecha y se marchó a su país para ser tratado por su médico de confianza. En el Valencia también son bajas los sancionados Marchena y Baraja, la misma situación en la que se encuentra De Guzman en el Depor, y Mista, con un esguince de rodilla.

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