_
_
_
_
_

Recuerdos emotivos

Fue como cuando José María Jiménez Sastre, El Chava, conseguía una de sus victorias y todos los vecinos de su localidad natal, El Barraco, salían a la calle a celebrarlo. A pesar del frío, así se celebró un emotivo recuerdo al malogrado ciclista, fallecido el 6 de diciembre de 2003 a los 32 años de edad. Desde el sábado, la calle donde vivió lleva su nombre -la placa fue descubierta por su madre, Antonia- y allí puede verse una gran escultura de bronce en homenaje a su figura, humana y deportiva, levantada por su hermano Juan Carlos, quien ha querido "a pesar de las lágrimas, recordarle y prolongar su vida a través de los buenos recuerdos y olvidar los malos" a quien fue "torero, artista y maestro", según le definió Domingo del Prado, que igual que cuando el ciclista obtenía un éxito, le preparó unos versos donde destacó sus cualidades: "Como ciclista, excelente; y como persona, estupendo". El Ayuntamiento de El Barraco homenajeó a título póstumo al hijo más popular de la localidad, según el alcalde, José María Manso. Junto a él, Víctor Sastre, promotor de la escuela ciclista local y figura clave en su carrera, pero también en la de otros muchos de su factoría que no faltaron a la cita: su cuñado Carlos Sastre; Paco Mancebo y David Navas, entre otros, además de más compañeros, directivos y amigos que no faltaron, como José Manuel Echávarri, el que fuera director de su equipo, el Banesto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_