Recuerdos emotivos
Fue como cuando José María Jiménez Sastre, El Chava, conseguía una de sus victorias y todos los vecinos de su localidad natal, El Barraco, salían a la calle a celebrarlo. A pesar del frío, así se celebró un emotivo recuerdo al malogrado ciclista, fallecido el 6 de diciembre de 2003 a los 32 años de edad. Desde el sábado, la calle donde vivió lleva su nombre -la placa fue descubierta por su madre, Antonia- y allí puede verse una gran escultura de bronce en homenaje a su figura, humana y deportiva, levantada por su hermano Juan Carlos, quien ha querido "a pesar de las lágrimas, recordarle y prolongar su vida a través de los buenos recuerdos y olvidar los malos" a quien fue "torero, artista y maestro", según le definió Domingo del Prado, que igual que cuando el ciclista obtenía un éxito, le preparó unos versos donde destacó sus cualidades: "Como ciclista, excelente; y como persona, estupendo". El Ayuntamiento de El Barraco homenajeó a título póstumo al hijo más popular de la localidad, según el alcalde, José María Manso. Junto a él, Víctor Sastre, promotor de la escuela ciclista local y figura clave en su carrera, pero también en la de otros muchos de su factoría que no faltaron a la cita: su cuñado Carlos Sastre; Paco Mancebo y David Navas, entre otros, además de más compañeros, directivos y amigos que no faltaron, como José Manuel Echávarri, el que fuera director de su equipo, el Banesto.