"Suelo decir lo que no debo"
Pregunta. Primera bailarina del Royal Ballet de Londres. ¿Qué más se puede ser?
Respuesta. Todavía hay un montón de papeles que hacer y de coreógrafos con los que trabajar, como con Roland Petit.
P. ¿Qué recuerda antes de su época del chupete: el tacataca o la barra?
R. La barra. La barra y a mi abuela.
P. "Mis padres eran muy de izquierdas, y yo nunca vi ET. Veía Viridiana". ¿Entonces no había Defensor del Menor?
R. No, para mí mucho mejor. Yo creo que me sirvió de más a largo plazo.
P. ¿Cómo logra volar?
R. Con ayuda de un buen partenaire, como Julio [Bocca]. Bailar con él ha sido un sueño hecho realidad.
P. "Estar hecha de aire. Flotar. No tocar el suelo". ¿Cuando baja a tierra se siente rara?
R. No, vuelves a la vida real, que a casi nadie le gusta.
P. Mucho Premio Príncipe de Asturias, pero usted no podrá probar ni el chorizo ni la fabada ni la sidra.
R. Sí, probarlo, sí. Yo la verdad es que como bien. Una dieta equilibrada. Pero de chorizo, poco.
P. Blancanieves es su personaje favorito porque es morena. ¿Actúa en todo por motivos tan racionales?
R. Eso era de pequeña. Porque todas las heroínas, y Barbie, eran rubias. La única de Walt Disney que era morena como yo era Blancanieves.
P. "Yo bailo para trascender". ¿Siempre tan metafísica?
R. Sí, supongo que sí. Soy un poco aburridota.
P. Ha sido Giselle, sílfide, Julieta, Odile/Odette, Bella durmiente... ¿Qué le queda? ¿Ser toro en Carmen?
R. No creo que llegue al toro [ríe], no. Pero me gustaría repetir Carmen, eso sí.
P. ¿Quién es el mejor bailarín español?
R. José Carlos Martínez.
P. ¿A Nacho Duato habría que darle un tirón de orejas?
R. Ya ha recibido bastante. Y no precisamente tirones de orejas.
P. ¿Que el ballet en España siga fatal tendrá que ver con que la ministra de Cultura sea rockera?
R. No, no lo creo, porque ellos, el Gobierno, acaban de llegar. La culpa la tenemos también los artistas.
P. ¿Qué podrían hacer?
R. Organizarnos. Por ser artista no tiene uno que ser autista.
P. ¿Estaría dispuesta a tirar la primera piedra, a venirse?
R. Con unas buenas condiciones, sí.
P. Pero la situación del ballet en España la va a arreglar el Príncipe. ¿No le dijo algo así al darle el premio?
R. Dijo que a ver qué hacemos, que hay que hacer algo. Pero el pobre yo creo que ya tiene bastante con un bebé en casa.
P. ¿Ha roto algún plato?
R. Muchos [ríe]: suelo contestar a quien no debo, decir lo que no debo... Soy poco políticamente correcta.
P. ¿En la vida cuáles son sus mejores piruetas?
R. Mantener a mis amigos de la infancia.
P. ¿Con quién haría un paso a dos a domicilio?
R. Con Benicio del Toro. O con Joaquín Phoenix. O con los dos a la vez.
P. ¿Cuáles son sus frustraciones?
R. No poder hacer más cosas. Me gustaría tocar el chelo, estudiar historia del arte, coreografiar, enseñar más.
P. La prensa londinense la comparó con Liz Taylor. ¿Qué le vieron?
R. Me parece que mucho maquillaje.
P. Lee mucho, va al cine, sigue la política. No es muy normal en una bailarina.
R. Es normal si te dejan. El problema es que la tradición en la enseñanza de los bailarines -al menos en mi caso- es que no se nos permitía ir al colegio. Porque una persona que no sabe de las cosas es mucho más manipulable.
P. Veamos si está tan al día de política. ¿Qué le dice Estatut?
R. Problemas.
P. País Vasco.
R. Más problemas.
P. Zapatero.
R. A ver qué tal.
P. Rajoy.
R. No le sigo mucho.
P. Tres cosas a las que aspira.
R. A devolver lo que me han dado, a aprender más y a ser feliz.
P. Baila El cisne negro. Una bruja que intenta engañar a un príncipe. ¿Qué tiene de bruja?
R. Todas tenemos algo de brujillas.
P. ¿Ha engañado a muchos príncipes?
R. A todo el que se deja.
PERFIL
Con 31 años y el sueño de poner una librería pequeñita en la costa cuando se retire, responde a las preguntas con los pies metidos en un cubo de agua, tras su actuación. Es simpática y reidora, gran lectora de literatura y amante del cine y el teatro, de cenar con amigos y de ir "de marcha". Dice que desde pequeña fue "una niña mayor"
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