Las viviendas ocupadas llevan construidas seis años, pero aún están sin adjudicar
La Guardia Civil impide que otras personas entren en los pisos que hay deshabitados
Siete familias del municipio madrileño de Valdetorres del Jarama decidieron tomar lo que creen que les corresponde: ocuparon ayer unas viviendas sociales construidas por el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) en la localidad madrileña. En el complejo hay 32 casas, edificadas hace seis años, que aún no han sido entregadas. Las familias aseguran que no se moverán de allí hasta que los echen. Fuentes del Ivima afirman que darán una última oportunidad para que el Ayuntamiento de Valdetorres adjudique las viviendas a familias del pueblo. Pero antes tendrán que "desalojar a los 'okupas".
"Entramos de madrugada. No rompimos nada. Sólo tuvimos que levantar las persianas y entrar por las ventanas que estaban abiertas", contaba Yoli Morales, de 32 años, una de las okupas, mientras se frotaba las manos por el frío. "Hemos venido todos los hermanos", añadió. "Nos habíamos puesto de acuerdo para venir a las cuatro de la mañana", agregó.
Días antes, Yoli y tres de sus hermanos decidieron ocupar las casas, que llevaban desocupadas seis años. "Vivimos todos los hermanos junto al río con mis padres, a tres kilómetros del pueblo, en un camino de tierra; cuando llueve no podemos salir de allí", narra Pilar Morales, de 36 años, una de las hermanas de Yoli. "Mis padres ya no pueden vivir allí por la humedad. Han puesto la casa en venta y ahora tenemos que buscarnos la vida", le interrumpe Yoli, rodeada por sus cuatro hijos. La familia Morales llegó a Valdetorres hace 18 años, procedente de la capital. Ramona, la madre, había perdido a una hija durante un parto y no quería vivir más en Madrid, por lo que su marido, que era albañil, compró una pequeña parcela cerca del río Jarama, donde construyó una casa para su familia.
Todos los hermanos insisten en que no quieren apropiarse de las casas sin más y dicen que están dispuestos a pagar un alquiler. "Pero no podemos pagar los 600 euros de media que piden en el pueblo", precisa Yoli.
Las casas ocupadas carecen de luz y de agua. El interior está deteriorado. Pero los nuevos inquilinos pasaron toda la mañana limpiándolas. "Estaba todo destrozado. Había restos de una fogata en una de las habitaciones. La gente venía aquí a fumar porros y acostarse", cuenta Jesús Morales, de 42 años, que está en paro y ha tomado una de las casas junto a su mujer. Cuatro de las viviendas sociales de la calle de Alcobendas, en Valdetorres, han sido ocupadas por los hermanos Morales.
Los pisos, de unos 80 metros cuadrados, tienen tres habitaciones, dos cuartos de baño y garaje. "Todo un lujo para nosotros", afirma Ildefonso Moure, que lleva dos años viviendo en Valdetorres. Moure, gaditano de 41 años, empezará a trabajar el próximo lunes en una de las tuneladoras del metro de Madrid.
"Inicialmente éramos nueve familias. Pero por la mañana salieron dos para elegir otra porque estaban dentro de la peor. Luego los guardias no les han dejado entrar", apunta Moure.
Frente a las casas ocupadas hay otras que permanecen vacías con las persianas bajadas. "Son las reservadas a discapacitados. En ésas no nos metemos", apunta Moure.
La Guardia Civil vigila que no entre nadie en el resto de las casas. Además, ha identificado a todos los ocupantes. A última hora de la tarde, los guardias civiles les entregaron una citación para que comparezcan hoy en un juzgado de instrucción de Alcalá de Henares.
"En ese caso nos tendremos que ir", dice resignada Yoli. "Pero tenemos que hacer algo; es nuestra última carta", justifica Moure.
Mientras, los cuatro hermanos de la familia Morales discuten desde las terrazas cómo van a pasar la noche. "Tenemos que llevar los niños al colegio, y los guardias nos han dicho que, si salimos, no volveremos a entrar", relata Jesús Morales. Las familias pretendían pasar la noche allí, entre mantas y colchones, junto a una pequeña estufa de gas.
No cumplían los requisitos
El Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) construyó hace seis años unas viviendas sociales en Valdetorres del Jarama, de 3.100 habitantes. El Ayuntamiento de Valdetorres adjudicó algunas, pero 32 quedaron sin asignar.
Un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, de la que depende el Ivima, explicó ayer que "10 viviendas se quedaron sin adjudicar porque no había personas que cumplieran los requisitos solicitados". El mismo portavoz añadió: "Ahora vamos a cambiar estos criterios para impedir que se produzcan situaciones como ésta".
Todos los ocupantes aseguran que solicitaron las casas sociales al Ayuntamiento de Valdetorres y acusan a éste de haberlos rechazado por no cumplir los requisitos. El portavoz del Ivima precisa: "El Ayuntamiento se puso en contacto con nosotros para hacernos saber que querían adjudicar estas viviendas. Acordamos un precio más bajo, pero la operación no se realizó porque el interventor municipal nos comunicó que el Ayuntamiento no podía endeudarse más porque incumplía la Ley de Régimen Local". Y añade: "Estas casas irán al siguiente sorteo e intentaremos que sean para los habitantes de Valdetorres. Antes le daremos una última oportunidad al Ayuntamiento, pero éste tiene que desalojar antes a esos okupas".
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