"La historia del club es más grande que su realidad"
A dos meses de cumplir los 22 años, la carrera de Fernando Torres es singular, tan meteórica a nivel individual como frustrante en términos colectivos. Tiene un excelente promedio goleador, es capitán del Atlético, está asentado en la selección -con la que está a las puertas de su primer Mundial- y tiene mucho gancho como icono publicitario. Nada que ver con el tránsito de su club, un histórico del fútbol español que ha perdido tanto protagonismo que Torres sólo puede presumir de haber sido finalista de una Intertoto.
Pregunta. Está en su peor momento, ¿a qué lo atribuye?
Respuesta. En cuanto a promedio de goles sí, estoy entre dos y cuatro por debajo de las dos últimas temporadas [lleva cinco goles, por siete a estas alturas del curso pasado y 12 el anterior]. Creo que va ligado a la marcha del equipo. Cuando las cosas no funcionan, no funcionamos ninguno. Pero en los últimos partidos la historia ha cambiado un poco.
"En todos los sitios ves que pitan a Raúl, al otro y al otro. No despertamos temor, sino indiferencia. Y es peor"
"Cuando ves a la gente de la selección jugar la 'Champions' y estar arriba en la Liga con sus clubes, sientes envidia"
"¿Escuchar ofertas? No pienso en ello. Pero si el club quiere vender, no vas a estar en un sitio donde no te quieran"
"Bianchi no supo adaptarse. Se veía que el equipo no funcionaba y no se hacía nada, era siempre lo mismo"
P. En el plano individual, ¿cómo se encuentra?
R. Igual que siempre, pero ves que las cosas no salen, que el público silba, que cambian al entrenador... Este año, como capitán, lo veo todo más de cerca y las cosas me afectan más.
P. Lleva cuatro años en el Atlético y ahora es jefe de vestuario. ¿Ha llegado a alguna conclusión sobre lo que le ocurre a este club?
R. Este año se había hecho un gran esfuerzo en fichajes. Se trajo a un entrenador que lo había ganado todo y no tenía nada que demostrar, han llegado jugadores contrastados... Y, nada, la historia de siempre.
P. Igual es que el equipo no es tan grande como ustedes creían a principio de curso.
R. Mandan los números, esa es la realidad. Y la historia de este club es más grande que la realidad actual. Tras el descenso la entidad aún no se ha recuperado. El Atlético antes luchaba por la Liga. Ya dijo Luis Aragonés al volver de Segunda que al equipo le costaría cuatro o cinco años volver a asentarse. Pero se han querido hacer las cosas sin paciencia, en un segundo. Cada año se han fichado 14 jugadores y un entrenador. No se ha tenido la misma paciencia que, por ejemplo, el Depor, el Valencia o el Villarreal, que no se han formado de un día para otro.
P. ¿Usted les ha reclamado paciencia a los dirigentes?
R. Lo he dicho incluso públicamente. Hay que tener confianza en la gente. Se pueden fichar dos o tres jugadores para mejorar lo que hay, pero la base debe ser la que ya existe. Se ha ido Bianchi y ha llegado Pepe Murcia. Ojalá le dejen trabajar. Se ha ganado la confianza de todos en muy poco tiempo. Deben tener en cuenta que en unos meses es muy difícil devolver al club a su lugar en la historia cuando lleva diez años sin estarlo.
P. ¿Qué ocurrió con Bianchi?
R. No supo conectar con el vestuario ni el vestuario con él. Su forma de entender el fútbol es distinta a la española, pero no ha sabido adaptarse. Cuando los resultados no funcionaban y nada cambiaba, el equipo entró en una dinámica de dejadez, que es lo que se ha visto en el campo. Ha habido partidos en los que este equipo no ha tenido actitud porque veíamos que no había soluciones, que nadie las buscaba para dar la vuelta a la historia e hicimos lo peor que se puede hacer, dejarnos llevar.
P. ¿Cuál era el mayor punto de desencuentro con Bianchi?
R. En pretemporada todo era muy bonito, el sistema era el mismo que al final de la temporada anterior. Pero cuando las cosas van mal tanto el entrenador como los jugadores tienen que buscar otro sistema, otras dinámicas, otra forma de entrenar... En los partidos veías que el equipo no funcionaba y no se hacía nada, era siempre lo mismo. Quizá deberíamos haber ido a hablar con él para hacerle ver la necesidad de un cambio. O él con nosotros. Eso nunca pasó, había falta de comunicación entre muchos jugadores y él. Al final se dio por imposible.
P. Cuando dice que nadie hacía nada, ¿se refiere al míster, claro?
R. Al míster y a los jugadores.
P. ¿Usted, a título personal, qué tal con Bianchi?
R. Tenía buena relación con los delanteros y con quien más hablaba era con los capitanes. Pero estaba muy metido en su mundo. Fue un gran delantero y me ha enseñado muchas cosas.
P. ¿Cómo cuáles?
R. Me decía que lo más importante es que nadie te haga dudar.
P. En la etapa de Bianchi, a usted se le ha notado con más ansiedad que nunca, como si quisiera hacer demasiadas cosas a la vez y finalmente no era capaz de hacer casi nada. ¿Tiene claro cuál es su perfil como jugador?
R. Es cierto. En mi corta carrera es verdad que en ocasiones me ha podido la ansiedad. He querido hacer todo demasiado pronto y cuando las cosas van mal, como por ejemplo este año, es mejor pararse un poco.
P. Pero, ¿en qué posición quiere jugar usted?
R. Arriba, para aprovechar mi velocidad. Lo importante es llegar desahogado y fresco al gol. Si bajas y te vas a las bandas, te llega una ocasión y no estás igual de bien. A Ronaldo le critican mucho por estar siempre arriba a la espera y es el que mejor lo hace, no se desgasta pero mete la que le llega.
P. A diferencia que Ronaldo en el Madrid, usted en el Atlético no tiene pasadores.
R. Hombre... Ibagaza. Pero ha estado un tiempo sin jugar y el equipo lo ha notado. Y yo sobre todo. A delanteros como yo, el Caño, Xavi, Valerón, o De la Peña nos dan la vida. Sin ellos quieres hacer lo suyo y lo tuyo, y al final no haces nada. En el Atlético teníamos las líneas muy separadas, había mucha distancia entre los medios y los delanteros. Nos juntábamos muchos atrás y muchos arriba, y nadie por el medio.
P. Lo cual dice mucho de la mala confección de la plantilla.
R. No se ha sabido buscar la compensación. El año pasado jugábamos con cuatro defensas y dos interiores que eran defensas. Este año hemos jugado con cuatro delanteros, porque Petrov y Maxi son delanteros. No hemos tenido equilibrio. Siempre que juegan Ibagaza y dos puntas nos quedamos con un solo pivote defensivo, y el año pasado defendíamos ocho.
P. ¿No empieza a estar un poco harto de que el Atlético no remonte? ¿Teme que se le pase el arroz?
R. Un jugador puede estar al máximo nivel tres o cuatro temporadas y si tiene la suerte de estar en un club que consiga títulos en esos años... A mí me quedan diez u once años de carrera, hay tiempo para todo.
P. ¿No siente que es ahora cuando debe aprovechar su tirón?
R. Está claro que cuando ves a tus amigos de la selección jugar la Champions cada miércoles y estar arriba en la Liga con sus clubes, sientes envidia. Cada cosa a su tiempo, ya me llegará. Ahora mismo hay cosas más importantes que pensar si debo o no irme.
P. Pero el futuro es importante.
R. Sí, claro, pero para pensar en ello tienes que rendir en tu club. Quedan cuatro meses de temporada y al final ya veremos si es bueno o no estar aquí.
P. ¿Es consciente de que el Atlético ha perdido muchísimo protagonismo dentro del fútbol?
R. Los equipos tienen una historia que nadie puede cambiar, pero lo que cuenta es el presente. Hace diez años el Villarreal no era nada y ahora es uno de los mejores. Si el Atlético sigue en esta dinámica y queda en la mitad baja de la tabla está claro que no será un grande. Será un equipo de zona media que cada año luchará nada más que por estar tranquilo.
P. Esta temporada incluso una hinchada tan fiel como la del Calderón parece hastiada.
R. Se ha contagiado de la dinámica general. Parecía impensable jugar un partido en el Calderón casi vacío. Tanto Miguel Ángel Gil como Enrique Cerezo intentan hacer un equipo que opte a los títulos. Yo sigo confiando en ellos. Si no, pues se van quemando etapas y, como dijo Enrique el otro día, pues se escuchan ofertas. Pero yo estoy muy centrado en este año, que para bien o para mal, para mí es muy importante. Para quedarme aquí o irme a otro sitio.
P. ¿Escucharía ofertas?
R. Hay que hablar con el club lo primero. Si el club quiere vender, no vas a estar en un sitio donde no te quieran.
P. Fuera de Madrid, no parece muy apreciado. ¿Lo percibe?
R. Todo lo contrario, me siento muy querido allí donde voy porque me pitan esos grupos que hay en cada estadio que ni siquiera su gente quiere. Yo prefiero, además, que me insulten, que me silben. La indiferencia es peor. Igual que para el equipo. Ahora vamos a los campos y no es como antes, que nos querían matar por miedo, por respeto. Ahora no es igual, no despertamos el mismo temor. En el plano individual es igual. Cuando veo al Madrid, en todos los sitios pitan a Raúl, al otro y al otro. En el Atlético dos o tres nos llevamos más que nadie, y ojalá siga así.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.