Lírica visual

La propuesta del "cine de exhibición" elaborada hace años por Jean-François Chevrier está dando pie a corolarios inesperados a juzgar por proyectos como Unseen cinema. Su autor, el historiador americano Bruce Posner, cuyo propósito no iba más allá de ofrecer la posibilidad de ver de nuevo el cine realizado por la vanguardia americana entre 1893 y 1941, ha sobrepasado ampliamente los límites de la mera recuperación histórica para componer unos ciclos imaginarios en los que tanto el cine de vanguardia en sentido estricto como el de Hollywood y el meramente aficionado son reunidos para ser exhibidos como cine en estado puro. De allí que haya incluido en el programa que diseñó para el departamento de audiovisuales del Reina Sofía una secuencia entera con fragmentos de la películas rodadas por grandes directores de Hollywood entre los años veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado montadas en la mayoría de los casos por otros notorios cineastas. En ella, Ernst Lubitsch o Frank Capra, aunque el nombre que más se repite es el del montador y especialista en efectos especiales Slavko Vorkapich debido a su notable talento para los ejercicios de lírica visual ejemplificado de manera sobresaliente en Moods of the Sea (1940-1942). Esa lírica visual domina el proyecto entero de Posner al punto de que los tres ciclos que lo integran -'Retratando una metrópoli', 'Ritmos de luz' y 'El ojo mecánico'- reúnen bajo ese común denominador obras y fragmentos pertenecientes a los géneros y modelos más disímiles. Es posible encontrar documentales verdaderamente históricos -por raros, por testimoniales- como Captain Nissen Going trough Whirpool Rapids, Niagara Falls, de 1901, o Interior N.Y. Subway, 14st to 42st, de 1905, junto a piezas clásicas de la vanguardia histórica de raíz o contexto europeo como Le retour à la raison, de Man Ray; Ballet mécanique, de Fernand Léger y Dudley Murphy, o la legendaria Anémic cinéma, de Marcel Duchamp. Y en medio de estos extremos un surtido excepcional de documentales veristas, tributos y homenajes a los artistas más radicales de la vanguardia. El proyecto de Posner podrá ser puramente lírico, pero es sin duda impresionante.