Un incendio arrasa en Vallecas el piso de un hombre que acumulaba basura en casa
Un incendio destruyó ayer un piso lleno de basura en la quinta planta del número 3 de la calle de Pablo Neruda (Puente de Vallecas). Nueve personas resultaron heridas por el fuego -cinco bomberos y cuatro vecinos, con intoxicaciones de diferente grado-, que fue controlado pasado el mediodía.
"El aviso al Samur llegó a las once de la mañana", informó Antonio Cabezas, el supervisor de guardia a cargo del operativo. "Ardió el apartamento B de la quinta planta", precisó, "aunque su dueño se encontraba entonces fuera del inmueble".
Según los testimonios recogidos en el lugar, el hombre -de iniciales F. C. y unos 65 años- había salido de su domicilio a las diez de la mañana. Cuando volvió encontró su casa en llamas y la zona acordonada por la policía.
"Hemos pedido a los oficiales que se lo llevaran", relató Paloma, una mujer que vive cuatro plantas más arriba de la siniestrada. "Si no se iba, corría riesgo de ser linchado", justificó la vecina.
Fue imposible determinar las causas del incendio. "Pero es seguro que no fue un cortocircuito. ¡Si el dueño hace 14 años que no paga ni luz, ni agua, ni la comunidad!", acotó Obdulio, otro vecino. Según los testimonios, F. C. vivía en el edificio desde su construcción hace 22 años.
"Suele estar borracho y es imposible tratar con él", contó Rafael, un hombre mayor que vive en el 5C, a una puerta de distancia del piso arrasado. "Ya se sabía que esto iba a pasar. Lo habíamos denunciado varias veces desde septiembre de 2004: el hombre acumulaba basura y en verano hasta se habían visto gusanos por debajo de su puerta", describió. A su lado protestaban unos trescientos damnificados. Todos debieron esperar más de tres horas para volver a sus casas.
"La culpa de esto la tiene el Ayuntamiento. La policía vino un par de veces, pero como no había orden judicial y este tío no le abre la puerta a nadie, no pudieron hacer nada", agregó otro de los perjudicados. "Solía juntar todo tipo de trastos, basura y madera. Se le debe haber quedado prendida una vela y eso pudo haber prendido el fuego", indicó.
Según los inquilinos de los demás pisos, el humo era "negro e irrespirable", por lo que las escaleras estaban inutilizables. Para despejar el ambiente, los bomberos tuvieron que romper las claraboyas que había en el edificio.
"La acumulación de objetos hizo más difícil la extinción, ya que cuando los bomberos abrieron la puerta, las llamas alcanzaban dos o tres metros", precisó Juan Redondo, el director de la guardia de bomberos. A sus órdenes trabajaron los 40 hombres que sofocaron el fuego.
Mientras esperaba para volver a su casa, una vecina que vive arriba del piso arrasado reflexionó: "Esto era una bomba de tiempo. Y nadie hizo absolutamente nada por evitarla".
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