Regreso de un hombre orquesta
Un enmascarado, quizá El Llanero Solitario, galopa al comienzo de Pequeñas obras maestras (POM). Rafael Ponce, su autor e intérprete único, es un cómico hecho a sí mismo: fue la mitad de Esteve y Ponce, pareja que cosechó carcajadas y premios de la crítica. Vuelve a cabalgar sólo en este espectáculo de humor excéntrico, distorsionado, de aguafuerte, tejido de iluminaciones breves como fogonazos, de chistes trascendidos por el trabajo interpretativo y de alguna concesión a la risa fácil.
Una virtud de POM, dirigido por Margarita Sánchez, es la brevedad de sus pinceladas cómicas: son rápidas como greguerías, rara vez alcanzan la duración de una escena. Ponce camina sobre la divisoria entre el humor experimental y el de sala de fiestas, pero se cuida de no caer de este lado: su ironía está emparentada con la de Karl Valentin. Quienes conozcan su trabajo reencontrarán aquí una manera y una punta equivalente a las que tenía en la época de Los pájaros fontaneros.
Pequeñas obras maestras (POM)
Autor e intérprete: Rafael Ponce. Dirección: Margarita Sánchez. Coreografía: Eduardo Ruiz. Escenografía: Paloma Anquela. Iluminación: Alejandro Sánchez. Madrid. Sala Cuarta Pared. Hasta el 28 de enero.