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Un niño de 10 años muere tras ser atropellado por un coche

Oriol Puigdemont

Apenas cuatro días después del accidente que le arrebató la vida al motorista australiano Andy Caldecott, de 41 años, la edición de este año del rally Dakar 2006 se cobró ayer su segunda víctima mortal. Veinticinco kilómetros después de comenzar la etapa especial, de 567 kilómetros entre Labe (Guinea) y Tambacounda (Senegal), el coche del piloto letón Saukuns Maris arrolló a un niño de diez años que murió minutos después, mientras el helicóptero de la organización desplazado hasta el lugar le trasladaba a un hospital de Labe. Es la víctima número 51 que se cobra el Dakar desde 1979.

Según hizo público Etiene Lavigne, director de la carrera africana, minutos antes de las once de la mañana, Boubacar Diallo, un lugareño del poblado de Kourahoye, cruzó la pista de forma repentina y se echó encima del coche de Maris, que nada pudo hacer para evitar impactar con el niño.

El letón Maris no pudo evitar el impacto que provocó la víctima número 51 del Dakar

A pesar de que la velocidad a la que circulaba el coche de Maris se desconoce, el impacto pudo ser de gran violencia. En el lugar del atropello no había regulación de velocidad alguna, y el elevado peso que atesoran estos robustos vehículos acumula mucha fuerza de inercia capaz de causar múltiples daños incluso a reducida velocidad.

Tras la modificación en la normativa de la prueba que entró en vigor en el año 2000, los pilotos que circulan a más de cincuenta kilómetros por hora en el interior de un poblado por donde la carrera transita son penalizados. Dos radares, uno en la entrada del pueblo y otro en la salida, dan aviso a la organización de los infractores, que más tarde son debidamente castigados.

El encontronazo que le arrebató la vida a Diallo se produjo a seis kilómetros del poblado, por lo que la limitación de velocidad no estaba vigente allí. De poco utilidad parecen ser los comics que la organización reparte cada jornada antes de que el rally llegue a los poblados africanos. Con el fin de advertir de la llegada de la carrera al día siguiente, unos folletos explicativos alertan a los lugareños de los peligros que supone acercarse a los participantes.

El accidente que le costó la vida a Diallo no es el primero que afecta a un niño. Sin ir más lejos, el año pasado una niña de cinco años murió al ser arrollada por un camión de asistencia. Fue la quinta víctima de la pasada edición, la segunda más trágica de la historia, sólo superada por la del año 86, en la que hubo siete fallecidos, uno de ellos, el francés Thierry Sabine, el organizador y creador de una carrera que cuenta ya con 51 muertos en su historial.

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