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Columna
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Cuadremos las agendas, por Alá

En una entrevista en su programa Els matins, Josep Cuní le sacó unas palabras al secretario de organización de la Junta Islámica que me dejaron estupefacta. Este señor, Abdennur Prado, dijo que detener a los miembros de la célula islámica de Vilanova i la Geltrú el mismo día de la fiesta del cordero "como mínimo" le parecía "una falta de delicadeza de los que hicieron la operación antiterrorista". Pues sí. ¡Qué falta de humanidad al detener, caramba!

Para que ustedes se hagan cargo del drama, les diré que la Fiesta del Cordero es muy importante para los musulmanes. Este año, TV-3 la ha retransmitido y la verdad es que, durante los primeros minutos frente a la tele, yo creía que aquello era una fiesta gay, porque allí no había ni una sola mujer. Pero luego pensé que no, que en las fiestas gays hay mujeres (por ejemplo yo). Supongo, pues, que las musulmanas de Cataluña son todas ateas.

El caso es que a Abdemur Prado le parece una falta de delicadeza que se practicasen las detenciones ese día. ¿Por qué? Tal vez porque de esta manera habrá quien relacione a todos esos musulmanes con los terroristas. Puede ser, porque por desgracia las generalizaciones están a la orden del día. O tal vez porque entre los detenidos no falta el ya habitual imán. Y la ausencia del imán en Vilanova hace que, como destacaron algunos periódicos, "quede cerrada la mezquita en un día señalado". Es un contratiempo, sí. Yo aconsejaría a los futuros imanes que, para evitarlo, no se pluriempleen de terroristas, que luego pasa lo que pasa. Y también podría ser que al señor Prado le parezca indelicado practicar detenciones ese día porque es doloroso no poder cumplir con la ley de Dios para poder cumplir con la ley de los hombres.

Pero sea por la razón que sea, le doy todo mi apoyo. Es urgente elaborar un calendario de fiestas musulmanas, para que la policía no cometa más indelicadezas. De manera que, por favor, señores policías, si van a por Bin Laden, comprueben que no sea durante el mes del Ramadán, ya que Bin, sin duda, querrá ayunar junto a sus terroristas allegados. Desde luego, tampoco deben detenerle el décimo día de Muharram (fiesta de conmemoración del martirio de Hussein, hijo de Alí). Tampoco se les ocurra actuar el día del nacimiento de Mahoma (idu al-maulid) y la noche de su ascensión (al isra wa-l-mi'ray). En esas fechas, es probable que Bin y los suyos aprovechen para abrazarse por última vez, ya que algunos de ellos tendrán previsto reunirse con Alá en breve, después del cursillo de piloto de avión.

Más adelante, espero que la policía tenga en cuenta las sensibilidades de todos los demás grupos terroristas, tan diversos. No detendrá etarras el Día de la Patria Vasca, no arrestará terroristas judíos en sábado, ni procesará al dictador Pinochet el Día de las Fuerzas Armadas. Incluso sería bueno que en las fichas policiales de los maltratadores se incluyese su fecha de nacimiento, más que nada para no cometer la indelicadeza de detenerlos el día de su cumpleaños.

Después de esto, supongo que los terroristas tendrán la misma delicadeza con nosotros, sus víctimas. Por ejemplo, sería un detallazo por parte de Bin Laden tener en cuenta que el día 11 de septiembre a los catalanes nos parece indelicado que nos pongan una bomba. (Nos lo parece siempre, vamos, pero es por lo infieles que somos). El 11 de septiembre es para nosotros casi tan importante como el de la Fiesta del Cordero. Nos dedicamos a llevar flores a nuestro héroe patrio o a tirar huevos a los del PP. Pero no me estoy escaqueando de pagar los pecados de Occidente, que quede claro. Estoy segura de que podremos cuadrar agendas y encontrar una fecha para saltar por los aires que nos vaya bien a todos y que al señor Prado no le parezca indelicada.

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