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Crónica:FÚTBOL | Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla está seco

El Cádiz sigue en el torneo tras resistir en el Sánchez Pizjuán ante un equipo sin puntería

El Sevilla saltó ayer al césped de sus estadio para buscar la gloria de los héroes y le pasó como a Aquiles, que se le recordará por su único punto débil en vez de por sus innumerables proezas. El talón del equipo de Nervión es su línea de delanteros. Tras el 3-2 de la ida en Cádiz, los sevillistas necesitaban marcar para pasar ronda en la Copa. Y eso, hoy por hoy, parece ser pedir demasiado.

Los delanteros sevillistas, además de ineficaces en su trabajo, están enfadados. Así, Luis Fabiano afirmó el martes que el Sevilla debería haberle vendido al club brasileño que había preguntado a cuánto estaba el kilo de ariete peleado con el mundo. Luis Fabiano dijo el martes que no se había adaptado ni al fútbol español ni al club y parecía que la culpa la tuvieran otros. Luis Fabiano se olvidó el martes de que tan sólo ha marcado un gol en la primera vuelta de la Liga y que el Sevilla le paga mucho, mucho. Ayer saltó al campo con ganas de demostrar por qué se queja tan amargamente.

SEVILLA 0 - CÁDIZ 0

Sevilla: Notario; Alves, Aitor Ocio, Dragutinovic, David; Navas (Kanouté, m. 59), Jordi (Martí, m. 67), Renato (Maresca, m. 46), Adriano; Luis Fabiano y Kepa.

Cádiz: Limia: Abraham Paz, De la Cuesta, De Quintana, Raúl López; Enrique (Mirosavljevic, m. 57), Suárez (Benjamín, m. 57), Pavoni, Fleurquin, Sesma; y Oli (Varela, m. 70).

Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a De la Cuesta, Adriano, Maresca, Enrique y Pavoni.

Unos 30.000 espectadores en el estadio Sánchez Pizjuán. Pablo Alfaro, capitán del Sevilla durante más de un lustro y traspasado al Racing a finales de diciembre, se despidió de la afición desde el terreno de juego.

El atacante suramericano se colocó unos metros por detrás de Kepa y, mientras el canterano se peleaba en todas las jugadas aéreas, él intentaba aprovecharse de la sorpresa rasa, de la llegada inesperada. Al cuarto de hora, chutó raso desde el borde del área, pero sin la potencia necesaria para batir al portero cadista. Cinco minutos después, Luis Fabiano se pidió sacar una falta junto a la media luna del área cadista, pero su remate se estrelló con la barrera y él balón se fue demasiado arriba. Fingió faltas y se lio en regates. En el segundo tiempo no se le vio. Quería demostrar algo, aunque nunca sospechó que lo único que conseguiría es subrayar su pésimo momento de forma y el problemón que el Sevilla tiene en su ataque.

En la primera mitad, el Sevilla salió a amedrentar, a pasar por encima de su contrario a lomos del aliento de sus seguidores. Pero no sorprendió a Espárrago, que desplegó a sus futbolistas imitando la forma de una flecha, aunque, en este caso, la punta no era lo principal. Los cadistas poblaron el centro del terreno de juego según indicaba la pizarra de su entrenador, a la que añadieron entrega y solidaridad en el marcaje y el apoyo. La única, y grande, objeción que se le puede poner al juego cadista es su renuncia al ataque. Apenas dos disparos a puerta en el partido. Y lo peor es que eso le bastó.

El club de Nervión no ha logrado encontrar un patrón fiable del estilo que quiere interpretar. Las cosas no le han ido tan mal, sin embargo. La calidad y las peculiaridades de jugadores como Adriano, Alves, Saviola o Maresca se han traducido en resultados positivos. Pero ayer no apareció ningún individuo. El conjunto de Juande tuvo la pelota tres de cada cuatro minutos, pero apenas hizo fútbol. Con tres delanteros sobre el césped y los centrocampistas habituales, el equipo sevillano tan sólo se aproximó al gol con un duro disparo de falta de Martí.

Sesma intenta un remate entre Ocio y Navas.
Sesma intenta un remate entre Ocio y Navas.ALEJANDRO RUESGA
Los jugadores del Cádiz se abrazan tras obtener su clasificación.
Los jugadores del Cádiz se abrazan tras obtener su clasificación.ALEJANDRO RUESGA

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