La cena de Daniel

Daniel y 15 compañeros y compañeras de trabajo salen a cenar el día 23 de diciembre. Es la cena de Navidad. Daniel tiene 23 años. Es su primera cena de compañeros de trabajo. Salen de la cena y se dirigen a "mover el esqueleto" a una disco. Están bailando y disfrutando en un sitio llamado PK2, en Alcorcón (zona Polígonos). Son las seis de la mañana del día 24 de diciembre.

"Alguien" de la discoteca les dice a Daniel y su grupo que se cierra el local. Ellos van a recoger sus abrigos. "Alguien" les dice a empujones que salgan ya. Daniel contesta que están poniéndose los abrigos y que ya salen, que tranquilos. Ellos van a salir de la discoteca, Daniel sale de los primeros y nada más poner un pie en la calle, "alguien" de esa discoteca se lo parte. Así, sin más. Le propina una patada que le rompe de inmediato el peroné. Daniel intenta levantarse pero, como perrillo herido, cae al suelo.

Qué mejor presa que un animalito con una patita rota. A Daniel le propinan en el suelo unas cuantas patadas en la cara, en el cuerpo, a diestro y siniestro. A Daniel, unos compañeros intentan ayudarle pero a uno le pegan en la cara hasta dejarle hecho un Cristo, a otro le rompen el tímpano a puñetazos, a un tercero casi le rompen las costillas.

Salen "matones" de todas partes. Se pasan la voz unos a otros. Daniel, como puede, saca su móvil y llama al 112, pide ayuda. Cuando la policía llega Daniel está destrozado. No hay matones, han huido. La policía lo comprueba pero no les sigue. La policía les dice: "Iros a comisaría a poner la denuncia". Daniel sólo puede ir, recogido por una ambulancia, de hospital en hospital (primero al de Alcorcón, luego al de Móstoles). A su familia, entre los que me encuentro, nadie da aviso, ni la policía, ni el hospital.