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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Refugio para esquiadores y senderistas

HOTEL SABACOS, alojamiento económico al pie del telecabina de Panticosa

Al pie del telecabina que asciende desde Panticosa a las pistas de esquí y a los ibones glaciares de Asnos y Sabocos, Abelardo Belio y su mujer se han empleado con tesón, generosidad y mucho tacto personal para sacar adelante un negocio que se les había puesto cuesta arriba desde sus inicios, hace poco más de una década. Y bien sabe el propietario, a la vez instructor de esquí en la estación panticuta, que aquí las cuestas arriba se alivian en telesilla. Su hotel Sabocos, sin salirnos del argot deportivo, rema ahora por nieve virgen hacia pendientes más cómodas, donde serpea una clientela fiel a los hoteles pequeños y familiares, asequibles a cualquier bolsillo de esquiador en invierno o senderista en verano.

HOTEL SABACOS

Categoría: tres estrellas. El Fondón, 1. Panticosa (Huesca). Teléfono: 974 48 74 88. Fax: 974 48 70 58. Instalaciones: guardaesquís, bar, comedor. Habitaciones: 3 individuales y 25 dobles; todas con baño, calefacción, teléfono, TV color, radio, secador de pelo. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite animales domésticos. Precios: temporada alta, 60 euros + 7% IVA; temporada baja, 57 euros + 7% IVA; desayuno, 7,50 euros + 7% IVA. Tarjetas de crédito: Diners Club, Eurocard, MasterCard, Visa, 6000. Cierra los meses de mayo y noviembre.

Arquitectura... 6

Decoración... 5

Estado de conservación... 7

Confortabilidad habitaciones... 5

Aseos ... 5

Ambiente ... 5

Desayuno ... 5

Atención ... 9

Tranquilidad... 7

Instalaciones... 5

El edificio como tal no es un dechado de audacia, pero se mimetiza discretamente en el pintoresco diagrama callejero de Panticosa, un pueblecito de apenas 200 habitantes situado a 1.200 metros de altitud, en uno de los capilares laterales del valle de Tena. Posee un tejado de pizarra a dos aguas y una fachada revocada en tonos ocres. Sus interiores no merecerán seguramente una foto de recuerdo, aunque encierran algunos detalles hogareños muy apreciados por los asiduos a la casa, más interesados en el palique con los dueños que en otros devaneos estéticos.

Falta un salón con chimenea donde aposentarse a leer o charlar, y eso que la barra del bar ayuda lo suyo a hacer boca para la cena. El batiburrillo de luminarias en el comedor, cada una de una intensidad, tipología y tonalidad distintas, pone el contrapunto a la extrema simplicidad del menú, poco entonado para saciar el apetito orgánico de los hoteles con encanto.

Semejante variedad lumínica decora también los 28 dormitorios: plafón de bajo consumo, lámpara de pie de forja, halógenos cenitales en la entrada y apliques de abuela sobre los tálamos. Hay sitio medido para moverse con el aparataje de esquí y aun para sentarse alrededor de una mesa camilla o un sillón multifuncional, según el caso.

Un escenario de libro

Entre apreturas se distinguen con nitidez el entarimado de madera, la carpintería de pino y los cuadritos de láminas campestres inglesas. Un escenario rústico de libro. Más fríos se antojan los cuartos de baño: cosméticos de sobre, toallas de escaso gramaje y ducha caliente a espasmos. El lavabo carece de repisa para depositar el neceser, a pesar de que en la alcoba sí se observa una peana fijada a la pared donde se apoya la caja negra del televisor.

Tantos inconvenientes no amilanan a la clientela de toda la vida, que ve en los Belio el tipo de matrimonio capaz de dar acogida con sencillez antes que por negocio, con haberes sensibles frente a los fungibles, afanosos y no mirados.

Después de todo, el esquiador en familia pide únicamente un refresco a media tarde, una cena alimenticia y..., hale, a la cama.

El edificio del hotel Sabacos, en Panticosa (Huesca).
El edificio del hotel Sabacos, en Panticosa (Huesca).F. G.

ALREDEDORES

RODEADA de varios picos de 3.000 metros, Panticosa es una pequeña localidad de pizarra orillana al río Caldarés, que invita a deliciosos paseos por sus calles y campas vecinas. La iglesia parroquial, del siglo XIII, posee un altar gótico y un retablo con imaginería de alabastro policromado. Hacia el fondo del valle se abre un circo montañoso donde se ubica el balneario de Panticosa, legendario por sus aguas curativas, y que está siendo rehabilitado actualmente por arquitectos de la talla de Rafael Moneo, Álvaro Siza Viera y Jesús Manzanares. En sus inmediaciones se puede practicar en invierno el esquí de fondo, así como en los alrededores de Panticosa pueblo (información en la base del telecabina). Desde este remonte, en funcionamiento durante el verano, se accede a los hermosos lagos de Asnos y Sabocos. La estación de esquí de Panticosa-Los Lagos ofrece 34 kilómetros de pistas al turismo familiar de invierno.- www.panticosa-loslagos.com.

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