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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

George Painter, escritor

Su gran obra fue la biografía de Marcel Proust

George Painter, escritor, bibliógrafo, biógrafo de Marcel Proust y de Chateaubriand, murió el 8 de diciembre de 2005 en el condado inglés de Sussex.

Cuando apareció en España la traducción de la biografía monumental que hizo el escritor inglés George Painter de Marcel Proust, muchos proustianos españoles pudieron prolongar el placer de haber leído En busca del tiempo perdido, una de las grandes obras literarias del siglo XX. Su autor, en la mejor tradición anglosajona, fue capaz de reproducir la vida del escritor añadiéndola a la propia significación de su literatura. Una biografía que también contenía el placer de las novelas.

Painter publicó originalmente en dos volúmenes esta biografía. El primer volumen apareció a finales de los años cincuenta, y el segundo se editó en 1965. Recibió premios y aclamación universal. En España, esta biografía fue editada en 1972 en dos volúmenes sucesivos de la colección de Bolsillo de Alianza Editorial.

Ahora ha muerto Painter en Inglaterra, a los 91 años, después de haber desarrollado una fructífera labor como especialista en incunables en el Museo Británico y como autor de otras biografías, entre ellas, la de William Caxton, el comerciante que llevó la imprenta a las islas Británicas, y la de Chateaubriand.

La biografía de Proust fue la gran obra de Painter; fue aclamada como un trabajo magistral y nunca ha dejado de estar en las librerías desde su primera aparición.

La fama internacional de Painter se debe a esa minuciosa reconstrucción de la vida de Proust. Pero en las islas alcanzó notoriedad como latinista y como estudioso de los avances de la imprenta, pasión que le llevó a hacer la biografía de Caxton.

Nació el 5 de junio de 1914 en Birmingham, Inglaterra. Hasta 1974 tuvo a su cargo en el Museo Británico el impresionante catálogo de los libros del siglo XV, sobre los que hizo importantes aportaciones y estudios.

Emparentado en cierto modo en su manera minuciosa de acopiar documentación con el propio carácter de Proust, fue también un hombre extremadamente marcado por sus aficiones domésticas; fue jardinero y músico, además de poeta.

Antes de dedicarse a Marcel Proust, se fijó en André Gide, de quien fue traductor y también biógrafo. Llegó a Proust traduciendo su correspondencia, y luego se embarcó en la obra que le consagró como el hombre capaz de encontrar en la obra la consecuencia de la vida de sus biografiados, en la mejor tradición de los grandes biógrafos anglosajones.-

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