El Madrid se pone en manos de Floro
Florentino Pérez elige como nuevo director deportivo, en sustitución de Sacchi, al que fuera técnico del club hace 11 años
"Me han llamado, yo creía que venía sólo a hablar con el presidente... y me he encontrado aquí", dijo ayer Benito Floro, que explicó de esa manera su sorprendente regreso al Real Madrid para firmar un contrato hasta junio de 2008 y ponerse al servicio de Florentino Pérez en calidad nominal de director de fútbol. Benito Floro entrenó al equipo entre 1992 y 1994. Dejó el club sin ganar la Liga, celebrando la Copa del Rey de 1992 -la última del Madrid-, y sin haber logrado que el juego ofrecido resistiese la comparación con el Barcelona de Cruyff, aunque a punto estuviera de impedir que el Dream Team se llevara el título en la temporada 92-93, que perdió en el último partido, en Tenerife.
"Quiero una plantilla en la que el 80% sean españoles", fue el primer mensaje de Floro
Ayer, Floro se convirtió en el cuarto técnico que pasa por el Madrid para hacerse cargo de esta función en los dos últimos años. Lo hace en un momento de crisis. Un momento de transición, similar en profundidad al que sufría el club que no pudo llevar al éxito hace una década. El Madrid cambió a Arrigo Sacchi por Benito Floro inspirado en los consejos de Emilio Butragueño, el vicepresidente deportivo, que ayer presentó al nuevo director como "el hombre". La directiva le había pedido que contactara con alguien capaz de sentarse en el banquillo a corto plazo. La confianza depositada por Florentino Pérez en Juan Ramón López Caro, confirmado expresamente hasta junio, tiene la misma consistencia que el crédito del que gozaron todos los entrenadores del Madrid desde Vicente del Bosque hasta hoy. Ninguno se marchó feliz de haber coincidido con los actuales dirigentes.
El miércoles pasado, el Madrid ya había llegado a un acuerdo con Floro, aunque éste se mostrase sorprendido ayer. Pero López Caro no fue informado al respecto entonces. Lo supo ayer, al mismo tiempo que que los medios de comunicación. El entrenador fue consultado esta semana sobre los refuerzos que necesita la plantilla para este invierno. Pero no tuvo noticia de la nueva contratación hasta ayer por la mañana.
Arrigo Sacchi, el predecesor de Floro, le recomendó a Florentino Pérez que debía reforzar la credibilidad de sus entrenadores. El nuevo fichaje, sin embargo, deja a López Caro en una posición poco definida. Le han buscado un competidor que, de momento, tendrá la ventaja de emitir juicios sin sentarse en el banquillo. Ayer esto fue lo primero que se le preguntó a Butragueño durante la presentación del nuevo director deportivo. "No es nuestra idea en absoluto", dijo el vicepresidente en referencia a que Floro acabe más pronto que tarde en el banquillo. "Queremos que organice las categorías inferiores, que sirva de enlace entre el primer equipo y la cantera".
El mensaje oficial exige guardar las apariencias. De momento, Floro hablará como los estrategas que miran la batalla desde lo alto de una atalaya. Ayer fue notable oirle emitir un dictamen sobre la planificación de una plantilla compuesta, a día de hoy, por 11 españoles y 11 foráneos. El hombre, que defiende el producto local, desautorizó de un plumazo la política deportiva de Florentino Pérez en el último lustro. "La idea es conseguir una plantilla en la que el 50% de los jugadores sean de la casa, hechos aquí", aseguró. "El 30% deberían ser españoles. Y el 20% o el 25%, de fuera. Así habría una idea de juego común que permitirá que cualquier futbolista que venga rinda más". Mientras Floro hacía estas declaraciones, el Madrid anunciaba en su página web la llegada para enero de Cicinho, el quinto brasileño de la plantilla.
"Vengo a hacer algo que sé hacer", aclaró Floro. "Entrenar me agrada pero, en estos momentos, me agrada más el reto que tenemos delante". Preguntado por López Caro, Floro apuntó que no le conoce bien pero que es "optimista" pues "para llegar al Madrid se necesita un nivel bastante aceptable". Floro se manifestó con aire doctrinal. El técnico manchego hizo de su presentación un listado de pontificaciones sobre los remedios de la crisis. "Se necesita una base de jugadores fuerte", aseguró. "Que recuperen el balón, que manejen el carácter y sepan comportarse dentro y fuera del campo. Sobre esa base, cualquier futbolista que venga rendirá más".
"Quiero aportar un método de trabajo que una la formación, el estilo y el juego del primer equipo con lo que se está haciendo abajo. Es importante para la identidad, porque a la gente hay que formarla con un criterio", continuó. Cuando se le pidió que especificara a qué criterio se refería, el técnico no pudo reprimir su fervorosa vocación pedagógica: "A los equipos se les cataloga por la forma de jugar el balón. La idiosincrasia del Madrid es la del ataque elaborado. La gente se enfada si no juegas bien. Eso implica un criterio a la hora de seleccionar jugadores, entrenadores y métodos de trabajo. Jugar bien son cinco o seis jugadas buenas que ganan el partido. El Madrid está en una etapa de no obtener buenos resultados, pero con posibilidades de mejora. Los protagonistas de esto son los jugadores y el entrenador. Los demás debemos ser cuanto más oscuros mejor, pero eficaces en nuestro trabajo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.