Lo que pudo ser y fue

Acabo de leer en EL PAÍS que Julián Marías ha muerto, y siento la misma rabia que impregna el artículo El padre de su hijo, Javier Marías.

Estudié filosofía en el bachillerato con el libro de Julián Marías, Historia de la Filosofía, pero no porque lo diéramos como libro de texto en el instituto en el que cursé mis estudios -esto era imposible en aquella época de oscurantismo-, sino porque mi padre, de izquierdas, comunista, abogado, represaliado por la dictadura franquista, me lo dio para que comprendiera la filosofía griega, el cristianismo, la filosofía medieval y la filosofía moderna, el idealismo, el empirismo, etcétera...

Tengo a mi vista el libro publicado en 1941, comprado en la librería de La Nave en Valencia y recomendado por mi padre, lector y seguidor de Julián Marías, subrayado, estudiado, descubierto como una joya por una estudiante de bachillerato, en los últimos años de la década de los sesenta, y conservado como oro en paño en mi librería, y siento discrepar de Javier Marías. En este país hay personas que recordamos muchas cosas, entre ellas, el ejemplo de Julián Marías, sus enseñanzas, lo que él pudo ser y lo que fue y preferimos su semblanza y sus enseñanzas, a las andanzas de aquellos a las que nadie ha pasado cuentas.

Voy a volver a leer su libro Historia de la Filosofía. Y a disfrutarlo. En su memoria.