'Mesías' de aquí
Por mucho que pertenezca al imaginario de todos los aficionados que en el mundo son, por mucho que vuelva a casa por Navidad, por mucho que lo tengamos oído unas cuantas docenas de veces, El Mesías siempre sorprende. Es Händel, claro. O, lo que es lo mismo, pertenece a un compositor que transformaba la estructura codificada del oratorio en una suma de ráfagas vivísimas de imaginación. La sucesión de recitativos, arias, corales, es aquí -la frecuentación no debe suponer el menosprecio- simplemente la manifestación de un genio que, además, creía, cuando lo escribió, estar en trance de agotarse para siempre.
Si la música de El Mesías es una maravilla, la presencia en el podio de un maestro como Antoni Ros Marbà garantiza musicalidad y buen estilo, atención al conjunto y a los detalles, equilibrio en los efectivos, buen análisis y dosis suficientes de emoción. Hace años -14 ya desde aquel Rinaldo- que demostró en Madrid ser un handeliano de raza y el jueves en el Monumental renovó sus credenciales. Fue ese Ros que nos gusta, fiel a sus ideas, partidario siempre de una vía intermedia entre las dos tradiciones, la vieja y la nueva, riguroso y flexible a la vez.
Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE
Antoni Ros Marbà, director. Elena de la Merced, soprano. Lola Casariego, mezzosoprano. Gustavo Peña, tenor. Josep Miquel Ramón, barítono. Händel: El Mesías. Teatro Monumental. Madrid, 15 de diciembre.
Sobresaliente también para el cuarteto de solistas, todos de casa, jóvenes y frescos, una especie de muestrario de lo bien que andamos de voces últimamente y de que la cantera no se acaba sino, más bien, crece. Elena de la Merced está en un momento dulce y lo demuestra en lo a gusto que se le ve, en la sensación de confianza que transmite. Cada día canta mejor la soprano valenciana y su carrera no ha hecho más que empezar. Lola Casariego es ya experta en estas lides, derrocha buen gusto y le sobra estilo. Excelentes también los hombres, Peña y Ramón, que anduvieron con facilidad y clase por las a veces no cómodas pero sí siempre agradecidas alturas handelianas.
La Sinfónica de RTVE estuvo atenta y flexible -estupendo Pablo Cano al clave y el trompeta solista en el aria que la lleva obligada- y el Coro, preparado para la ocasión por Jordi Casas Bayer, supo ser protagonista sin miedo y sonó como pocas veces en los últimos tiempos.
En fin, que este Mesías, hispano de cabo a rabo, resultó ser uno de esos buenos conciertos que, seguro, quedarán en la memoria al final de la temporada.
Babelia
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