Fritz Richmond, folclorista e ingeniero musical
Inventó instrumentos musicales caseros
La mañana del pasado 20 de noviembre perdió la batalla que mantenía desde hace más de un año contra el cáncer de pulmón el folclorista y estrafalario músico estadounidense Fritz Richmond, un hombre que fue capaz de extraer las mejores notas de artilugios tan poco académicos como tinajas o barreños. Fritz Richmond tenía 66 años y una biografía singular que le retrata como asesor jurídico, mecánico en el Ejército de su país e ingeniero musical durante la década de los dorados años setenta en la California de los cantautores.
Natural de Newton (Massachusetts), donde nació en julio de 1939, John B. Richmond Junior mostró desde muy temprana edad su interés por los instrumentos musicales caseros. Ya en 1958, con sus amigos John Marten y John Nagy, desarrolló su primer washtub, un ingenio de apariencia tosca pero muy efectivo: sobre un barreño para la colada, depositado en el suelo, Fritz Richmond dispuso el palo de una escoba y una cuerda de embalar, a modo de rudimentario contrabajo.
Envalentonado con el desarrollo de instrumentos pintorescos, Fritz también se convirtió en un virtuoso en el empleo de las tinajas (jugs), esa especie de botijos que, a principios del siglo XX, comenzaron a soplar las bandas de dixie a orillas del río Misisipi.
Suyos son también otros logros atípicos: haber bautizado el grupo de unos amigos como The Lovin' Spoonful (La Cucharada Amorosa), luego muy populares por el tema Summer in the city, o ser pionero en el uso de esas gafas con lentes de colores que más tarde popularizaron folkies tan eminentes como John B. Sebastian o Roger McGuinn. La prosaica realidad es que John empleaba estas gafas no por coquetería, sino porque tantos recitales con la tinaja delante de la cara le habían dejado bizco.
Los años setenta dieron la bienvenida al bueno de Richmond en Los Ángeles, donde, de la mano del productor Paul Rothchild, obtuvo un trabajo como ingeniero de sonido para los estudios Elektra.
Allí registró sesiones míticas de los Doors, Jackson Browne, Bonnie Raitt, los Everly Brothers o Lonnie Mack. Su nombre también aparece como músico de sesión en discos de los Doors o Ry Cooder, y desde finales de los años setenta compartió experiencias musicales con Bob Dylan, Bonnie Raitt, Geoff Muldaur o Ramblin' Jack Elliot.
En las últimas décadas compaginaba una actividad artística cada vez más modesta con su labor como asesor para un relevante bufete de abogados. Pero el veneno de la música jamás dejó de fluirle por las venas.
En el pasado mes de septiembre todavía tuvo fuerzas para subirse al escenario del Boston Folk Festival junto a su amigo Muldaur. Sólo después de la actuación le confesó al viejo Geoff que un cáncer le estaba consumiendo.-
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