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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ingvil Aarbakke, artista escandinava

Fue fundadora del colectivo N55

Isabel Ferrer

Hija de dos académicos, su madre es catedrática de literatura nórdica en Oslo y su padre rector de la universidad noruega de Tromso, Ingvil Aarbakke buscó su propio camino en Dinamarca. Después de estudiar Arte en Copenhague fundó en 1996 el colectivo N55. Con dicho grupo, del que también forma parte su marido, Jon Sorvin, desarrollaría todo su trabajo posterior centrado en la transformación de la vida cotidiana a través del arte. Sin hacer concesiones al espectador o a los críticos, la primera de sus muestras presentaba una exigua oficina con apenas una mesa y sillas, una maceta y una jarra de refresco además de una fotocopiadora lista para ser usada por el visitante. Incluida en las exposiciones conmemorativas de la capitalidad cultural europea de Copenhague, organizadas hace una década por el Museo de Arte Moderno de Louisiana (al norte de la ciudad) la instalación reflejaba su rechazo al poder de la propiedad. O mejor, la necesidad de buscar alternativas pacíficas para conciliar el libre acceso del público a lo material.

Influida por el filósofo danés Peter Zinkernagel, la artista, fallecida de cáncer a los 35 años, y los otros miembros de N55 compartían su espacio vital en una pequeña comunidad igualitaria. Sus trabajos posteriores, que no se ponían a la venta de forma tradicional, trataban de conciliar al individuo con su entorno. En 2002, por ejemplo, presentaron en la ciudad británica de Leeds el denominado Sistema Concha de Caracol. Elaborado con ayuda del Instituto Henry Moore, consistía en un cilindro de polietileno que sirve de casa rodante -de ahí la alusión al molusco del nombre- para una persona. Concebido como un hogar barato que permitía trasladarse sin grandes costes, podía rodar por tierra o flotar en el agua. El mismo enfoque animó luego el llamado Bar Móvil del colectivo. Sin ánimo de lucro y también transportable, era parecido a un carro de bebidas que podía montarse en un coche o sujetarse a una bicicleta. Servía para disfrutar de un refresco o escuchar música en cualquier lugar.

También en 2002, N55 propuso en el Centro de Arte Contemporáneo de Glasgow, en Escocia, el préstamo e intercambio gratuito de objetos. Un año después, su Tienda hizo lo mismo en Nueva York. Convencida de que es posible vivir de una forma más auténtica y con mayor respeto, Aarbakke animó los otros dos proyectos más conocidos del grupo. El primero suponía en cierto modo la ampliación del caracol rodante. Bautizado como Micro Vivienda, era una casa para varias personas compuesta de módulos superpuestos que componían formas diversas. De fácil manejo e instalación, podía dejarse en el suelo sin necesidad de cimientos y también flotar y sumergirse. O bien depositarlo en un tejado. O suspenderlo de un puente, para los más osados. El otro trabajo creativo era más visionario aún si cabe. Ponía a disposición de todos, sin distinciones, pequeños terrenos repartidos por el mundo. Las parcelas tenían un dueño original, que las brindaba a la comunidad a base de anunciar su ubicación en el manual de N55. Para reconocer el lugar en cuestión, el colectivo ponía un mojón de acero y plástico que marcaba el territorio abierto al público. Espacios así existen ya en Estados Unidos, Noruega y Suecia, Holanda, Suiza, Francia, Dinamarca y Rumanía.

Ingvil Aarbakke deja un hijo de un año, además de a sus padres y hermanos y una visión del arte como búsqueda de alternativas a las servidumbres de la sociedad actual.-

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