Dos libros forman la primera guía del 'negocio de la música' en España

Se titula El negocio de la música y consiste en dos volúmenes, que se venden por separado: Guía práctica sobre el entorno profesional y legal del músico es eminentemente didáctico y El negocio de la música contado por los profesionales del sector tiene carácter testimonial, con 23 entrevistas a disqueros, abogados, managers, editores, periodistas y otros personajes de la industria musical española. Publicado por la Fundación Autor, sus autores son la licenciada en Derecho Paula Susaeta y el productor Paco Trinidad, que también tiene experiencia como músico (Ejecutivos Agresivos, Esclarecidos) y directivo en discográficas.

Aunque parezca improbable, se trata del primer trabajo de esas características publicado en España. Según Trinidad, "aquí se han utilizado libros estadounidenses que reflejan un contexto legal muy diferente o que te prometen convertirte en una estrella. Abundan las escuelas de música pero nadie ha pensado en preparar a los chavales sobre lo que les espera en el mundo real, de los contratos al régimen fiscal. Y si no son músicos pero quieren entrar directamente en management, editoriales musicales o discográficas, sólo les queda el sistema de aprendiz o estudiar en Londres o Nueva York".

Puede que muchos de los problemas de la industria musical española tengan que ver con esa renuencia a compartir y transmitir conocimientos internos: Susaeta comenta que en España hay "un par de másteres en propiedad intelectual y poco más". Según Pedro Farré, director corporativo de la SGAE, para 2006 se pondrá en marcha un proyecto de cursos, Corazón SGAE, con voluntad de paliar esa asombrosa carencia, donde El negocio de la música servirá como libro de texto.

Los autores, insisten, pretendían retratar los modos de la industria nacional tal como son, no plantear ese ansiado "nuevo modelo de negocio" que permitirá la superación de la actual crisis. Pero comparten el optimismo de muchos de los entrevistados: "Aunque desapareciera el formato físico de los discos, las discográficas y demás empresas serían necesarias; alguien tendrá que dar a conocer a los artistas, hacer su mercadotecnia y gestionar sus derechos".