Palop cierra la muralla
El portero explica por qué el Sevilla es, junto al Hamburgo, el menos batido de Europa
"Bascular, no perder la posición, hacer coberturas, vigilar, juntar las líneas... Lo entrenamos a diario. Juande Ramos nos ha inculcado un espíritu defensivo parecido al que tuvimos con Rafa Benítez en el Valencia". Andrés Palop, portero del Sevilla (L'Alcúdia, Valencia; 32 años), explica por qué su equipo es el menos goleado de la Liga, con seis tantos en 13 jornadas, muy lejos de los segundos, el Villarreal y el Barça, con 12, y tan sólo superado en los grandes torneos europeos por el Hamburgo, alemán, también con seis, pero en 14 partidos. Eso sí, hoy, en la Copa de la UEFA, Palop descansará y dará paso a Notario para recibir al Vitoria de Guimarães, portugués.
La línea defensiva la forman habitualmente Alves, Ocio, Javi Navarro y David. Dos laterales rápidos y agresivos y dos centrales muy potentes, suplidos en ocasiones por el serbio Dragutinovic y el canterano Prieto. Claro que en el Sevilla defienden todos: incluso el gigantesco delantero Kanouté baja en los córners, tal como hacía Carew en el Valencia de Benítez. Martí, por ejemplo, representa la generosidad y la entrega en el centro del campo y el italiano Maresca, repleto de calidad, es de los que disfruta, cómo no, con que su portería acabe a cero. Ahora bien, el cuadro de Ramos no sólo sabe defenderse, sino que, pese a sus pocos tantos a favor (13), es de los que más remata, aunque, claro, también de los que más falla. Luis Fabiano, Saviola y Kanouté no han hallado una racha buena.
A Palop, que suma seis citas sin recibir un gol, un récord en el Sevilla, se le exigen pocas intervenciones, pero muy acertadas. Como la del último minuto ante el Betis, cuando desvió un trallazo de falta de Assunção. Y se formó una piña sevillista, en torno a su portero, de agradecimiento. "He recuperado aquí el espíritu de equipo. Aquí se trata a todo el mundo igual: a Saviola o a quien sea. En el Valencia, por lo grande que se había hecho, se habían distanciado los jugadores. El secretario técnico [Monchi] viene a los entrenamientos a hablar con los jugadores, a ver qué nos hace falta".
Después de toda una vida en el Valencia, Palop llegó al Sevilla el verano pasado avalado por Monchi, ex guardameta. Y firmó por cuatro cursos con opción a uno más. "Tengo tiempo por delante para disfrutar. Alguien como yo, que me gusta entrenarme y superarme, si me dan confianza, puede asentarse en Primera", añade Palop, que vivió muchos años a la sombra de Cañizares. Hace un mes, antes de enfrentarse ambos por primera vez, Cañizares echó en cara a su ex compañero no haber disputado 200 partidos en Primera como Mora, el tercer arquero en el Valencia, ni tener ya mucha proyección como Butelle, el segundo. A lo que Palop, tras haber ganado en Mestalla (0-2) y ser ovacionado por la afición local, replicó: "No hay estadística en el mundo que supere el reconocimiento de la gente".
En efecto, a Palop le gusta su oficio. Tanto que se pasó dos años y medio lesionado sin querer ser operado de una muñeca dañada. "Yo no era nadie y no podía estar tres meses parado. Coincidió con mis dos temporadas cedido en el Villarreal y la primera media en el Valencia", confiesa ahora que
saborea la pasión de la hinchada de Nervión: "Vive el fútbol las 24 horas, como si no existieran el cine, ni el teatro ni los toros".
Es muy pronto, pero el Trofeo Zamora al portero menos goleado está a la vista. "No quiero pensar en ello. Sólo disfrutar", advierte. Pero, ¿quiénes pueden ser sus rivales? "El Barça, el Valencia y el Celta, con Pinto, otro portero que ha estado tapado durante mucho tiempo, a quien le han dado confianza y que está rindiendo muy bien", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.