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Reportaje:

Coraje y fantasía

El Madrid aprieta los dientes y empata en Anoeta tras ir perdiendo 2-0, y el Barça golea al Racing con otro gran repertorio

José Sámano

Buenas noticias para Barça y Madrid: los azulgrana mantienen su brillante guión y los madridistas lo han cambiado. Frente al Racing, el equipo de Rijkaard (4-1) exhibió otro gran repertorio y, de nuevo, convirtió un partido en una fiesta. Una fantasía que comenzó con un gol de Eto'o que retrata a este Barça. El camerunés, con una laboriosidad impropia de un delantero estrella, robó la pelota en el centro del campo y tras un soberbio eslalon esquivó a Aouate. Así es este Barça: solidario y hollywoodiano.

El Madrid viaja por otra senda. A punto de despeñarse, el equipo de los grandes lujos se pareció más que nunca al viejo Madrid, a ese club que ha forjado su leyenda con grandes jugadores siempre dispuestos a remangarse. En Anoeta, con todo en contra, el Madrid apeló a sus genes y empató un partido que estaba a punto de atizar la hoguera en Chamartín. Un asistente con vocación de Rafa Guerrero le puso el encuentro cuesta arriba cuando mejor jugaba. Al hombre del banderín le dio un ataque de popularidad y se sacó de la chistera un penalti por un soplido de Roberto Carlos a De Paula cuando expiraba el primer tiempo. De vuelta tras el descanso, el propio De Paula hurgó en la herida madridista. Ésta pareció definitivamente incurable cuando Sergio Ramos fue expulsado por una dura entrada con la que intentaba sofocar una aventura de Roberto Carlos. El andaluz ya lleva tres expulsiones en sus tres meses como madridista: un peaje que ya pagaron otros centrales madridistas que tuvieron que alinearse cerca del lateral brasileño.

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Asustado por la tormenta que se avecinaba, Luxemburgo fue el Luxemburgo de hace unos días ante el Lyon. Para prevenir una posible goleada, retiró a Robinho y dio carrete a Raúl Bravo. Un relevo que le habría sentenciado ante más de un directivo, sensibles ellos al escrutinio popular, que en el caso del Madrid ya había dictado sentencia ante el equipo francés. Como el fútbol es una ruleta, el mundo al revés: un gol de Raúl Bravo en el minuto 86 enchufó al Madrid, que segundos después igualó con un tanto de Zidane. Una prueba de coraje que puede marcar el camino de este Madrid, capaz de ponerse el buzo cuando vienen mal dadas.

Zidane recibe los abrazos de Roberto Carlos y Baptista mientras Raúl Bravo corre a felicitarle también.
Zidane recibe los abrazos de Roberto Carlos y Baptista mientras Raúl Bravo corre a felicitarle también.JAVIER HERNÁNDEZ

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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