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Entrevista:MARÍA GIMÉNEZ | Bailarina

"El PSOE y el PP bailan igual "

Pregunta. El jueves estrenó Giselle. ¿Cómo ve la temperatura de la danza clásica?

Respuesta. Caliente. Ahora ya tenemos compañía de ballet clásico en España.

P. La suya.

R. Sí. Hoy por hoy es la única, con 34 bailarines en nómina. La de María de Ávila cerró este verano.

P. ¿Por qué cosas pasa de puntillas?

R. No me gusta pasar de puntillas por nada. Me gusta profundizar en todo lo que se me acerca. Todo me produce curiosidad y me interesa.

P. Le preocupa que los bailarines aprendan a respirar. ¿A usted qué le corta la respiración?

R. El mundo en que vivimos, lleno de caos, de intolerancia, de violencia, de guerras. En el siglo en que vivimos y todavía los niños mueren de hambre.

P. Dice que embala los tutús en una especie de paellera blanda. ¿Lo suyo es mucho arroz?

R. Sí. Y a fuego lento [ríe].

P. Confiesa que robó un cenicero en un hotel. ¿Debo tener cuidado con el bolso?

R. Fue horrible. Me lo llevé al teatro, en China, porque no había ceniceros, y cuando recogí no lo devolví. Pero con su bolso esté tranquila. Si no lleva cenicero...

P. ¿Usa Chanel número 5 porque se cree Marilyn?

R. No, para nada de nada. Simplemente, me gusta la esencia en frasco pequeño.

P. Dijo de libros y preservativos: "Son imprescindibles". ¿Cuáles más?

R. Creo que los dos. La cultura te protege, y el preservativo, también. Y ambos te dan información.

P. En En blanco y negro bailaba usted con nueve hombres. ¿Pretende acaparar el mercado?

R. No, porque ahora he compensado. En Giselle hay más de la mitad de bailarinas.

P. ¿En la vida civil también se los lleva a pares?

R. Qué va. Yo tengo mi pareja, y soy muy de uno.

P. Aunque sea como observadora, ¿cómo ve el patio?

R. ¿De hombres? Yo creo que fatal [ríe]. El ser humano cada vez se distancia más del ser humano. Y creo que les pasará lo mismo a los hombres con las mujeres.

P. Metida en cisnes: si fuera Odette, ¿a quién preferiría de Sigfrido: a George Clooney, a Brad Pitt o a Mariano Rajoy?

R. Para que coincida con la historia, deberíamos buscar uno que fuera fácil de engañar. Yo creo que va a ser el Clooney.

P. Pues cuando lo tenga engañado, páseme el teléfono.

R. Vale.

P. "Yo con las mujeres trabajo mal, porque hacen las cosas por la espalda". Buen rollito.

R. Es que me ha pasado muchas veces. Me eduqué con dos hermanos mayores, y me he acostumbrado a ir muy a las claras. Creo que el hombre va más de frente.

P. ¿Rechazar a las mujeres en bloque no le parece sospechoso?

R. No es ningún rechazo. Es una opción laboral, porque yo les contrato. Además, en el equipo hay muchísimas mujeres.

P. "En realidad, estoy siempre contra el poder". ¿Va de enfant térrible?

R. Un poco. Soy demasiado idealista. Pero, aunque muchas veces me doy contra la pared, mis sueños y mis ilusiones son míos.

P. ¿Cómo se porta Carmen Calvo con la danza clásica?

R. No se porta. Yo ahora he recibido una subvención del Ministerio a la que estoy sumamente agradecida. Pero es mínima.

P. ¿El PP bailaba mejor?

R. No. Bailan todos igual, el PSOE y el PP. Todos prometen mucho cuando no están en el poder, y luego no es para tanto.

P. Acusa a Nacho Duato de haber erradicado el ballet de la Compañía Nacional de Danza.

R. Como director, tuvo carta blanca para crear el repertorio. Eligió el que más conoce, y en el que se siente más seguro, y los de arriba se lo permitieron. Muchas veces los egos hacen que las cosas no se hagan bien.

P. ¿Usted lo haría mejor?

R. No sé si mejor o peor. Sé que lo haría muy diferente.

P. ¿En la cama hace posturitas mientras duerme?

R. Sí, sí [ríe]. Es inconsciente, pero es lógico. Yo no puedo dormir en una cama pequeña. Me muevo mucho, y estamos todo el día abiertos de par en par. Si mi pareja se levanta por algo, luego le cuesta entrar en la cama.

P. ¿Qué se baila cuando se baja de las puntas?

R. Voy por ahí, la gente se pone a bailar y me dice: "¿Tú no bailas?". Yo pregunto: "¿Me vas a pagar?". Porque, como decía Antonio Molina, si no me pagan, la inspiración no me viene.

María Giménez, en su escuela, en Madrid.
María Giménez, en su escuela, en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

PERFIL

Con 33 años, dirige su propia compañía de ballet, es premio nacional de danza y se considera rarita, porque ama el silencio, le molesta el ruido y se emboba mirando las obras de Madrid y cómo se mueven las grúas. Escribe sus pensamientos desde pequeña, le gustan los cantautores, pinta y usa el tarot zen para "profundizar en la psicología de la gente"

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