"Trato de alterarme poco para equivocarme poco"
Solitario y reservado, Manuel Pellegrini, chileno, de 52 años, ha dado al Villarreal un estilo de equipo grande dentro de un club pequeño.
Pregunta. ¿Le decepcionó el Manchester en El Madrigal?
Respuesta. Hay que respetar lo que ha sido el Manchester, pero no es el equipo de los últimos años.
P. ¿Qué opina del fútbol inglés?
R. Un fútbol directo, de espectáculo y roce, que juega mucho en las áreas y con carencias técnicas importantes. Y también carencias para recuperar el balón: tienen poca necesidad porque lo sueltan pronto para meter centros. Les cuesta recuperarlo de forma ordenada y lo hacen con mucha dinámica. Por eso el Arsenal, con mejor trato a la pelota, se distingue. El Manchester es una combinación.
"Cuando uno gana, debe acordarse de que va a volver a perder. Gran parte del éxito depende del jugador"
"Hay que respetar lo que ha sido el Manchester, pero no es el equipo de los últimos años"
P. ¿Es su equipo superior técnicamente?
R. El Villarreal escoge jugadores del mejor nivel técnico posible.
P. Con dos delanteros y un media punta, ¿cómo se defiende?
R. Aprovechamos las cualidades técnicas: si tenemos a Riquelme, con dos puntas a los que asistir es el doble de peligroso. Nuestra seguridad defensiva no consiste en un mayor número de marcadores, sino en saber marcar con los hombres que tengamos en esa situación. Hemos logrado una distancia adecuada para marcar y para jugar. Y en el ataque queremos que un lateral se proyecte y que los dos medios centro se sitúen en campo contrario para recuperar arriba. No cambiamos de sistema y el jugador lo va naturalizando.
P. ¿Se considera una rara avis?
R. La parte estética es importante y, por suerte, la he podido combinar con títulos, ya que, si no, a uno lo tildan de romántico.
P. Fabio Capello dice que la estética en el fútbol es una tontería.
R. El calcio peca de carencia de espectáculo. Lo respeto, pero creo que la gente va a ver jugadores que hagan algo distinto con el balón, no a los que corren arriba y abajo.
P. ¿Por qué juega sin extremos?
R. Sin extremos fijos. Lo importante es que el defensa no sepa quién lo ocupa. Es mucho más fácil marcar a alguien cercano que no a uno que se mueve y aparece.
P. Ante el Benfica, en El Madrigal, no le funcionó el 4-3-3.
R. Me ratificó la importancia de dos medios centro no que corten, sino que recuperen, porque hay medios que cortan con una falta y dejan la pelota al contrario. Después de recuperarla, que ya requiere un desgaste, deben jugarla de forma simple. La precisión la da Riquelme. Después sí deben tener dos tiros de larga distancia por partido. Como Senna en Lisboa.
P. ¿Por qué nota tanto la ausencia de Riquelme?
R. Ningún equipo tiene cinco Riquelmes, pero el curso pasado igualamos (3-3) en el Camp Nou sin él. Roger y Font pueden conducir el equipo en los últimos 25 metros.
P. Su referente como entrenador es Fernando Riera.
R. Me dio los fundamentos: el buen trato al balón, el respeto por el jugador, la simplicidad en la parte futbolística y en la jerarquía del técnico, que debe estar preparado en muchos aspectos. Dirigió en muchos países. Fue tercero con Chile en el Mundial de 1962 y perdió la final de la Copa de Europa con el Benfica ante el Milan en 1963.
P. ¿Le tienta dirigir a Chile?
R. Mucho, pero no sé cuándo: esta profesión es muy dinámica.
P. En una semana cambia todo.
R. Por eso, cuando uno gana, debe acordarse de que va a volver a perder. Gran parte del éxito depende del jugador. Por eso uno debe lograr su máximo compromiso y, llegado el domingo, persignarse y esperar que tengan un buen día.
P. ¿Sufre cuando pierde?
R. Sobre todo, al despertar el día siguiente. Pese a que ya son 20 años, perder duele cada vez más.
P. ¿Es muy autoexigente?
R. Sí, y trato de traspasarlo al jugador. La palabra lo dice, el jugador juega, y me gusta mantener la alegría, pero con responsabilidad.
P. Parece distante con los futbolistas. ¿Es premeditado?
R. Al revés. Soy muy cercano. Trato de saber lo máximo de ellos, sin inmiscuirme en su vida privada. Es clave conocer su personalidad para armar un equipo.
P. Da la imagen de ser altivo.
R. A lo mejor es por el domingo, que estoy concentrado, sin reírme ni querer figurar, tratando de alterarme lo menos posible para equivocarme lo menos posible.
P. ¿Qué le hace reír?
R. Una película, los niños y ver jugar bien a mi equipo.
P. ¿Disfruta con su equipo?
R. Sí, disfruté mucho la temporada pasada, y más viendo los vídeos, sabiendo que hemos ganado.
P. ¿Es, con el Barça, el que mejor juega?
R. Son los que tratan de dar mejor trato al balón, con el Celta.
P. ¿Qué le irrita del fútbol?
R. Las faltas reiterativas. Es un sistema desleal.
P. ¿Cómo fue como jugador?
R. Central eficiente, 500 partidos en Primera. Tuve un liderazgo técnico: alguien debe mandar y el grupo debe ir derechito detrás.
P. ¿Sigue estudiando alemán?
R. He parado, pero me estimula trabajar la mente en actividades distintas. Me relaja jugar al golf solo o tenderme en una toalla y bañarme en el mar o pensar bajo el sol con un buen libro. Uno de lo que más aprende de fútbol es de las entrevistas con técnicos.
P. Como en Fútbol sin trampas, un diálogo entre Cappa y Menotti.
R. Ese libro tiene 20 años, pero sigue vigente. Es la manera correcta de enfocar esta profesión.
P. ¿Cómo vive en Benicàssim?
R. Soy bastante solitario y hago muchas cosas para llenar el día.
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